Salud Preventiva: Fatiga ¿síntoma o enfermedad?

Salud Preventiva: Fatiga ¿síntoma o enfermedad?

Doctora Joselyn Torres
Médico Familiar Medicina Familiar del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGSP)

La condición de fatiga no significa lo mismo para todo el mundo; mayormente es un término usado para definir cansancio, por eso actualmente no existe un parámetro para medirla y en cierto modo puede ser una causa fisiológica, pues todos en algún momento nos hemos sentidos cansados.
Pero para que se cumpla como criterio de fatiga fisiológica hay que tomar en cuenta primero que aparece luego de realizar cualquier tipo de tarea física o mental (estudio, trabajo, jugar, ejercitarse, etc.) y debe desaparecer luego del reposo.
Cuando tenemos este síntoma a pesar de no estar realizando ninguna tarea física entonces percibimos que algo no está bien en nuestro cuerpo.
Para tener algún tipo de medidas en el ámbito médico, clínicamente clasificamos la fatiga de acuerdo al tiempo que tiene el paciente con esa condición. Se distingue entre fatiga reciente (menos de 1 mes de evolución), fatiga prolongada (más de un mes de evolución) y fatiga crónica (más de seis meses de evolución).
Los síntomas que más definen los pacientes en nuestras consultas son: no tener deseo de levantarse en la cama por las mañanas, no tener fuerzas, no tienen ánimo suficiente para realizar sus tareas comunes, y en algunos casos dolor en todas las articulaciones de su cuerpo.
Si bien es cierto que nuestro cuerpo envía señales cuando algo anda mal, la encrucijada que tienen el paciente y el médico de atención primaria es que el síntoma de fatiga por sí solo es muy inespecífico y probable como parte de muchas enfermedades, incluyendo las de causas no orgánicas.
Cuando se trata de cualquier enfermedad inespecífica se requiere que el médico utilice sus herramientas más poderosas: una buena historia clínica completa sobre el paciente, que nos arrojara información y nos acercara al diagnóstico en más de un 80 % y un correcto examen médico general.
Debe resaltar en el interrogatorio antecedentes personales de este paciente, actividad laboral que desempeña, cantidad de días a la semana que labora, cantidad de horas; si es estudiante, de qué nivel académico, horas que le dedica a sus estudios, si practica alguna actividad física, la alimentación (pidiéndole que nos detalle qué es comer bien para ellos, qué ingieren en el día cotidiano y quién prepara los alimentos), y -tomando la parte integral del paciente- se debe preguntar siempre sobre su entorno familiar, sus relaciones personales (amistades, cónyuge, hijos), relaciones en el trabajo… aspectos que nos dirigen a causas no orgánicas productoras de fatiga.
Al realizar el examen físico del paciente con fatiga evidenciamos desde el primer contacto el semblante del paciente, el tono de voz, la manera de caminar, luego seguimos con la parte cardiovascular del paciente, palpación de tiroides, en fin, se evalúa cada uno de los sistemas en el paciente.

Patología. Al hablar de fatiga debemos mencionar lo que se conoce como el síndrome de fatiga crónica, que se caracteriza fundamentalmente por fatiga intensa (física y mental) sin causa conocida y de carácter permanente que limita la capacidad funcional del paciente y puede producir diversos grados de discapacidad.
Esta condición no disminuye con el reposo, empeora con el ejercicio y, en general, se asocia a manifestaciones sistémicas generales, físicas y neuropsicológicas.

 
Factores o causas asociadas a la fatiga

La fatiga puede ser consecuencia de diversos factores:

Causas fisiológicas
Incremento de la actividad física, descanso inadecuado, sedentarismo, estrés ambiental (ruidos, calor excesivo, otros), convalecencia de cirugías, traumatismos, enfermedad reciente, embarazo, síndrome de “burnout”, etc.

Hábitos
Alcoholismo, infusiones de cafeína, consumo de sustancias ilegales (o su abstinencia), uso de ciertos fármacos: ansiolíticos, antidepresivos, antihistamínicos, entre otros.

Psicológicas
Depresión, ansiedad, trastornos de somatización, etc.

Endocrinas metabólicas:
Hipotiroidismo o hipertiroidismo, diabetes mellitus, insuficiencia hipofisaria, insuficiencia renal crónica, hiponatremia, déficit de vitamina D, etc.

Neoplásicas o hematológicas
Anemia severa, tumores ocultos, síndromes mieloproliferativos.

Infecciosas
Tuberculosis, hepatitis aguda o crónica, VIH, endocarditis, mononucleosis infecciosa, etc.

Cardiopulmonares
Insuficiencia cardiaca, enfermedad obstructiva crónica, bradiarritmias, etc.

Trastornos del sueño
apnea del sueño, narcolepsia, rinitis alérgica, trastornos psiquiátricos.

Trastornos autoinmunes
Lupus, miastenia grave, esclerosis múltiple, etc.
Neurológicos
Fibromialgia, enfermedad vascular cerebral, encefalitis, etc.

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