Doctor José Joaquin Martínez
Cardiólogo internista intensivista. Unidad de Cuidados Intensivos Cardiovascular del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS).
El síncope consiste en la pérdida total y transitoria de la consciencia y del tono postural, con la posterior recuperación total y espontanea (“ad integrum”) sin que quede ningún síntoma (secuela) luego de dicha pérdida de conocimiento.
Es una situación muy frecuente y se calcula que 40 % de la población tendrá un síncope en algún momento de su vida.
Es una causa frecuente de consulta en las emergencias y genera mucha ansiedad y preocupación en las personas que lo padecen y en su entorno familiar.
El síncope suele caracterizarse por su rápido inicio, corta duración, y su espontánea recuperación, por lo general dura entre 20 y 40 segundos, pero esto puede variar atendiendo al tipo o la causa.
El síncope puede confundirse con muchas otras situaciones clínicas, que también producen la pérdida de la conciencia y el tono postural.
Existen términos que con frecuencia suele confundirse con el síncope, como, desmayo, desvanecimiento, lipotimia etc.
Causas. El síncope puede ocurrir en personas con un corazón estructuralmente sano, es decir sin ninguna enfermedad cardiaca, y en ocasiones ocurre en atletas jóvenes, por demás sanos, pero hay casos en que está relacionado con una enfermedad del sistema cardiovascular, e incluso con enfermedades no cardiacas.
Las enfermedades cardiacas que suelen asociarse al síncope, son aquellas donde hay obstrucción del flujo sanguíneo, como estenosis aórtica, miocardiopatía hipertrófica, coartación de la aorta, etc.
Hay casos en que el síncope está relacionado con enfermedades del sistema nervioso central, del sistema autonómico, vasos sanguíneos, etc.
Existen muchas causas y tipos de síncope, pero en todos hay una disminución de la presión arterial sistólica con la subsiguiente disminución de la perfusión (irrigación) cerebral y la posterior disminución del aporte de oxígeno al cerebro, situación que es muy mal tolerada a nivel cerebral.
La mayoría de los cuadros sincopales son de natu raleza benigna, y no representan riesgos para la vida del paciente.
Otros casos (la minoría) se deben a situaciones graves, sobre todo arritmias cardiacas o enfermedades coronarias que sí representan amenaza para la vida del paciente y requieren un pronto diagnóstico, y oportuno, tratamiento. El manejo del sincope en la mayoría de los casos, requiere de un equipo multidisciplinario, aunque, de entrada, el cardiólogo debe ser el primer facultativo en abordar el caso.