Condición. Confluyen varias enfermedades
Tanto el hígado graso como el hígado graso por alcohol son afecciones silenciosas que tienen pocos o ningún síntoma.
El hígado graso es el trastorno hepático más frecuente en los países occidentales, y afecta a un 17-46% de los adultos, es considerado, la manifestación física del síndrome metabólico, una condición en que confluyen hipertensión, diabetes, alteración del metabolismo de las grasas (colesterol y triglicéridos), sobrepeso u obesidad. Significa que en quien se encuentre grasa en el hígado, se deben establecer planes dirigidos al diagnóstico, manejo y control de esas condiciones.
En la mayoría, no hay progresión del daño al hígado, incluso pueden mantenerse normales las enzimas hepáticas, aún en esteatosis severa. La principal causa de muerte de este grupo de pacientes, es cardiovascular.
El otro grupo, presenta alteración de las enzimas hepáticas, consideradas un indicativo del hígado graso, aun cuando no aparezca en la sonografía y se hayan descartado otros agentes causales, como infecciones, fármacos u otras enfermedades primarias.
Esta condición aparece en un 7% de las personas de peso normal (delgadas), con una mayor frecuencia en las mujeres, a una edad más temprana y con enzimas hepáticas normales, con igual posibilidad de daño progresivo.
El paciente de perfil hepático, presenta un alto riesgo de progresión del daño, desde la inflamación (esteatohepatitis), hasta la fibrosis y con ella la cirrosis, siendo esta una causa importante de trasplante de hígado. Se asocia también al cáncer colorrectal y trastornos del metabolismo óseo.