POR ALTAGRACIA ORTIZ GÓMEZ
La secretaría de Salud Pública anunció ayer que inició la supervisión de la venta de alimentos en forma ambulante en las calles y que hará cumplir el reglamento 528-01 sobre el particular.

Los doctores Luis Emilio Féliz Roa, director de Salud Ambiental, Rafael Schiffino, subsecretario de Salud Colectiva, y Emilton López, coordinador de las direcciones Provinciales, estimaron que la forma cómo se comercializan los alimentos en la vía pública constituyen un atentado a la salud de los que los consumen.

Asimismo, en ayer brigadas de Salud Ambiental fueron a supermercados en los cuales se detectaron productos con el período de vigencia vencidos y con etiquetas en idiomas extranjeros, cuyos componentes los consumidores no puede entender.

«Hasta ayer se estaba haciendo muy poco o nada, pero en estos momentos un equipo está saliendo a las calles a revisar asuntos relacionados con alimentos de venta masiva», señaló Roa.

El funcionario de Salud Ambiental dijo que ya se han reunido en cuatro oportunidades con el Ayuntamiento del Distrito Nacional, la Liga Municipal Dominicana e Interior y Policía para tratar sobre la venta de comida en las calles.

«La secretaría de Salud Pública no va a seguir permitiendo la venta de alimentos contaminados en las calles, porque su consumo genera un gasto mayor para las familias y para el Estado», dijo Roa.

El trabajo de Salud Pública, explicó, estará dirigido a consumidores y vendedores, para que el vendedor haga conciencia de la necesidad de ofrecer productos saludables y el consumidor para que compre sólo lo que tiene calidad.

Roa dijo que es necesario que los vendedores mejoren la conciencia sobre lo que venden porque de esa forma sus productos tendrán mejor acogida.

En el programa de Salud Pública se incluye la información de que no es recomendable comer en la vía pública, pero en caso de que la gente tenga que hacerlo, que se preocupe por observar que los alimentos no estén contaminados.

«Hay que repetirlo hasta la saciedad: no se debe consumir en las calles los alimentos sobre los que no se tiene la certeza de su idoneidad», manifestó.

Para eso es necesaria una campaña focalizada hacia esos dos segmentos poblacionales, consumidores y vendedores de alimentos en la vía pública.

La venta de alimentos en la vía pública se ha expandido y se puede adquirir en puestos ambulantes desde jugos, frituras, frutas, arroz, habichuelas, carnes, asados, postres y todo tipo de alimentos.

CULTURA NEGATIVA

Todo indica que en el país se ha establecido una cultura de venta de productos y alimentos no óptimos y de consumo de esos productos. Se trata de una cultura, afirmó el funcionario.

«Hay un segmento de población que vende alimentos no saludables y también un publico consumidor que se ha acostumbrado a eso», sostuvo.

CERRARON DOCE

Hace 15 días la dirección de Salud Ambiental cerró alrededor de 12 restaurantes de lujo a los cuales se les había pedido que cumplieran normas de calidad, indicaron los funcionarios, quienes se rehusaron a ofrecer los nombres de los establecimientos.

«Lo más importante es dar a conocer la acción. No necesariamente los nombres. Ese no es nuestro propósito», sostuvo el doctor Roa.

Indicó que numerosos supermercados violan el control de riesgos de alimentos, eso incluye productos vencidos, contenidos escritos en otros idiomas y con problemas en la tabla de contenidos nutritivos.

También hay problema con la cadena de frío de alimentos que requieren refrigeración. En  torno a esa situación anunció que habrá tolerancia cero, explicaron.

Tal ha sido el desorden que se produjo en el país que se viola hasta la ley de lactancia materna. Es que aquí hubo un retroceso grosero, indicó Rosa.

En el año 2000 se dejó establecido un reglamento y fueron capacitados 18,000 vendedores de alimentos en la vía pública, pero todo ese proceso se dejó caer, dijo el doctor Schiffino.

Para los expertos sería necesario integrar a la Dirección General de Normas y Sistemas de Calidad (DIGENOR) y a los empresarios que otorgan pequeños préstamos.

El esfuerzo por mejorar la calidad de los alimentos que se venden en las calles deberá involucrar a las asociaciones de consumidores.

No se sabe cuántos dominicanos venden alimentos en las calles, por lo que cualquier número sería especulativo, señalaron, y argumentaron que no pueden eliminar la venta de los alimentos en las calles, porque éste es un país en donde el nivel de desempleo es muy alto.