La impotencia sexual puede ser la señal más importante de un problema cardiovascular.

Se considera un problema cuando no se consigue la erección en un 25% de las veces.

El doctor Ander Astobieta, jefe de la sección de urología del Hospital de Galdakao (Vizcaya, España) recuerda que “la salud del varón va más allá de la rigidez de su pene; en estos casos hemos de contemplar que se trata de un trastorno que puede ser, en realidad, un síntoma centinela de otra enfermedad mucho más grave”

Los problemas de erección pueden ser un síntoma de que los vasos sanguíneos están obstruidos, o de que ha sufrido daño en los nervios a causa de la diabetes.

Distintas afecciones pueden dar lugar a la disfunción eréctil.

La mayoría de estas afecciones son problemas de salud que afectan al corazón y los vasos sanguíneos y que requieren tratamiento médico, a fin de ayudar a prevenir problemas de salud más graves.

la presión arterial alta el colesterol elevado, la diabetes, son señales del problemas cardíacos.

El sexo ¿riesgoso para el corazón? Según el portal de internet Vidaysalud.com “Hay amores que nunca mueren… y otros que matan”.

Las investigaciones que tratan de determinar las posibles causas de los ataques al corazón sitúan al sexo como una de las causas que puede provocar problemas cardíacos, en especial en personas sedentarias.

Además de la coquetería, no es una mala idea tener en cuenta la salud de su corazón, aunque parezca que no tiene nada que ver con el encuentro. ¿Por qué? Porque si es sedentario, hasta el sexo puede ponerlo en riesgo.

En general, se considera que especialmente a cierta edad, el hacer ejercicio vigoroso puede provocar un ataque cardíaco.

Ahora, un estudio reciente publicado en el Journal of the American Medical Association encontró que el ejercicio moderado, como trotar o tener sexo, también aumenta este riesgo.

En particular, los investigadores encontraron que las personas sedentarias tienen casi tres veces más posibilidades de sufrir un ataque cardíaco durante o inmediatamente después del acto sexual, y este riesgo es aún más cuando se trata de ejercicio moderado.

Esto no significa que el ejercicio o la actividad física sea perjudicial.

Por el contrario, los beneficios de mantener una rutina de ejercicio son conocidos y no se niegan.

Por eso, los investigadores mencionan la importancia de balancear estos hallazgos con otros que demuestran que la actividad física regular reduce el riesgo de sufrir ataques cardíacos y muerte cardíaca repentina o súbita.

La mayoría de los ataques cardíacos o infartos ocurren cuando un coágulo de sangre en las arterias coronarias (que son las que irrigan al corazón) impiden el paso de la sangre (al obstruirlas) y con ello, el oxígeno..