Las uñas pueden dar señales a un experto de cómo está la salud de nuestro cuerpo. Permiten identificar enfermedades muy importantes, como la diabetes o las cardiopatías; por eso los expertos recomiendan consultar ante cambios en el color o la forma.
Las uñas son muy fáciles de examinar, pero el médico debe estar bien informado de estos signos y los pacientes deben saber que cualquier alteración es motivo de consulta, ya que no todo cambio en las uñas es onicomicosis, una infección producida por hongos. Puntos oscuros, manchas, delgadas líneas blancas, color amarillento, separación de la piel, descamación, falta de crecimiento, curvatura excesiva, reducción del espesor hasta casi alcanzar transparencia, levantamiento de los extremos, sangrado, inflamación de los bordes o bandas rosadas en los bordes son indicios característicos de que algo anda mal y conviene consultar con el médico.
Pueden darse en una o más uñas, junto con la aparición de la enfermedad o como signo inicial de ella. Por ejemplo, y aunque será el dermatólogo quien confirme el diagnóstico, el desprendimiento parcial y en los bordes de la uña (onicólisis) puede anunciar hipotiroidismo o hipertiroidismo, mieloma, anemia, cáncer de pulmón o diabetes.
La caída de una uña (onicomadesis), en cambio, ayuda a identificar enfermedades febriles, diabetes mal controlada, estrés excesivo, neumonía, psoriasis o reacciones adversas a medicamentos. Las líneas blancas transversales en varias uñas pueden indicar reacción adversa a algún fármaco, desórdenes metabólicos, tumores, enfermedades infecciosas (tuberculosis o malaria) y problemas renales y cardiovasculares. Una banda rosa en el extremo es señal de cirrosis o insuficiencia cardiaca congestiva.