Salud y belleza
Líbrate de la “papada”

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No esperes a cumplir los cuarenta para cuidarte. Debes hidratar tu piel a diario: cuerpo, cara y cuello. Por el día aplícate en esta zona una crema facial y por la noche la misma nutritiva que utilices para el rostro. Lo ideal es que contengan retinol o vitamina C, que previenen el envejecimiento de la piel gracias a su efecto tensor.

Una vez a la semana hazte un peeling y luego aplícate una mascarilla (te interesan las hidratantes y tonificantes). Tú misma/o puedes hacerte tu propio peeling añadiendo a tu leche limpiadora habitual un poco de sal gorda o posos de café.

Si ya han aparecido síntomas de descolgamiento en la zona, puedes recurrir a una crema específica con efecto tensor o lifting . Todas las casas cosméticas tienen cremas de estas características. Aplícate realizando una masaje para potenciar la penetración del producto y activar la circulación, algo fundamental para favorecer la tonificación cutánea y muscular. Cuando salgas a la calle, procura usar una crema con protector solar para evitar el envejecimiento de la piel, ya que la exposición excesiva a los rayos solares le roba elasticidad a tu piel, lo que puede acentuar la papada.

La papada ya ha aparecido, siempre podemos acudir a la cirugía estética: un lifting suele dar muy buenos resultados en estos casos. Pero si el descolgamiento de la piel y la acumulación de grasa son muy acusados, puede ser necesario recurrir a una triple operación: liposucción, platismoplastia y lifting. La liposucción se realiza para eliminar la grasa acumulada, el lifting para volver a tensar la piel, y la plastismoplastia para que el músculo que sujeta la zona (platisma) recupere tono. Las incisiones quedarían ocultas detrás de las orejas y el pelo.

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