Salud y educación

Salud y educación

FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
Ningún país del mundo que no tenga la salud y la educación como sus dos principales prioridades, podrá nunca desarrollarse. ¡Y que me diga alguien que no es así! ¿Qué ganamos con poseer el ferrocarril subterráneo más moderno del mundo, las mejores carreteras, las más grandes avenidas y malecones, etc., etc. etc., si al mismo tiempo tenemos un pueblo sin hospitales bien equipados, mejor abastecidos y mucho mejor atendidos?

¿Qué ganamos con tener todo lo que cito arriba, incluidos los etcs., si el pueblo no es educado debidamente, si no enseñamos a los niños las cuatro reglas, a leer y escribir, ayudarlos  a ser profesionales u obreros capacitados en sus respectivos oficios?

Entonces, ¿para qué rayos pensar en convertir a Santo Domingo en un «Nueva York chiquito», en un Miami pequeño, en la Chile del Caribe o a Samaná en un nuevo Mónaco?

Entonces, yo me pregunto: ¿ Es que nos estamos volviendo locos o el virus de la política mal entendida se ha entronizado «per sécula seculórun» en los más altos sectores de poder de la nación?

Como muy bien dice Violeta Yangüela, parece que no somos una nación, sino un simple país o territorio. Porque, ¿ qué forma de ver nuestras prioridades es esa?

Recuerdo como se atacó, casi de manera inmisericorde, la política de «varilla y cemento» del fallecido ex presidente  Joaquín Balaguer. Sin embargo, no se descuidó la educación escolar y la varilla y el cemento se convirtieron en grandes barriadas donde encontraron techo seguro familias pobres y de clase media baja. Y todo con fondos propios.

Pero ahora, y desde hace años, la cosa ha cambiado. Los hospitales viven una etapa de una precariedad inhumana, innoble, increíble; no hay medicamentos, faltan equipos esenciales y hay médicos que ganan el doble que muchas doméstica. Ejemplo: una buena cocinera gana en una casa particular unos cinco mil pesos mensuales, mientras que centenares de médicos solo reciben algo más que once mil pesos. Y tomando en cuenta que la canasta familiar está por los RD$16,000.00 mensuales, no nos explicamos como pueden vivir y educar a sus hijos esos profesionales.

Y lo mismo pasa con la educación. Con RD$5,000.00 por tanda un maestro de verdad tiene que salir de una escuela pública y correr hacia un colegio privado para trabajar otra tanda.

Entonces, ¿ cuál es la razón por la que  el gobierno se enpeña en obras no prioritarias, descuidando las dos más importantes, la salud y la educación?

Terminaremos como un territorio con un altísimo porcentaje de analfabetos y de gente enferma, si proseguimos con este nuevo modelo de «política de varilla y cemento»?

Y después que no se queje nadie de lo que pase en el 2008.

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