El ministro de Industria y Comercio sostuvo ayer que con la puesta en marcha de Pro-Competencia debe iniciarse en el país una reinterpretación y transformación de los principios que regulan la actividad económica, con miras a establecer una cultura de competencia integral y efectiva, capaz de garantizar los derechos del consumidor y de evitar los excesos de quienes venden productos y servicios.
Manuel García Arévalo indicó que el mundo de hoy nos conduce a adecuar la estructura productiva para afrontar con éxito el reto de la competitividad local e internacional y, a la vez nos convoca a manejarnos con mayor capacidad innovadora y menores costos de producción, a tono con la nueva dinámica competitiva que impulsará Pro-Competencia.
Al intervenir en la ceremonia de instalación de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que velará por la aplicación de la Ley 42-08, García Arévalo dijo que el nuevo instrumento legal potenciará las relaciones de negocios y oportunidades de inversión, como forma de incrementar el progreso, la creación de empleos estables y productivos, y el bienestar de la población, atenuando con ello la desigualdad social.
García Arévalo afirmó que una mayor competencia implica más crecimiento económico y que países como Australia y otros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que pusieron en marcha regulaciones como la que inicia en el país, incrementaron la productividad y la gama de productos expuestos en sus mercados.