POR EBONY LAFONTAINE
La publicidad se ha encargado de evidenciar la  demanda de productos que  ¨solucionan¨ el problema de la disfunción eréctil masculina. Son muy reiteradas estas ofertas y las encontramos en cualquier medio de comunicación masivo.

La creatividad de estos anuncios se  apoya o se reducen en resaltar la dureza del miembro masculino o “candidato”,  en darle una pela a la vagina, partirla en dos o en mostrar a una joven mujer feliz porque su compañero mayor de edad aun lo tiene duro.

En ningún momento este tipo de publicidad resalta las causas que podrían dar origen a este problema:   La fatiga, el estrés y las bebidas alcohólicas en caso de impotencia ocasional o  enfermedades cardiovasculares, hormonales, cáncer del recto, la próstata o la vejiga en caso de que la impotencia sea permanente.    Más bien, la publicidad se encarga de profundizar la angustia que acompaña al hombre y en ofrecerle una “solución infalible”.

Creo que es hora de que las autoridades competentes hagan un estudio sobre este fenómeno publicitario para  medir la incidencia de  estas ofertas en dos aspectos importantes; uno relativo a la salud de los hombres y el otro sobre  la relación hombre – mujer.  Cuales son los efectos de esos productos en los hombres que lo consumen?  Cuantos hombres y de que edades consumen estos productos?  Incide la publicidad en el número de feminicidios que se registran en el país?  Incide este tipo de publicidad en la violencia intrafamiliar?…  

Mientras, sería importante que el hombre mantenga cierto cuidado: Evite el uso excesivo del alcohol, mantenga un equilibrio entre el trabajo y su tiempo libre para evitar el estrés,  comuníquese con su pareja y juntos participen de una terapia sexual (si es necesario)  Dedique tiempo y cuidado para facilitar la intimidad sexual.  Tome sólo medicamentos recetados por el doctor y por ultimo, absténgase de darle una pela a la vagina porque es única y no la venden en especial en los supermercados.