Salvador Allende Gossen:
“Se abrirán las grandes alamedas”

Salvador Allende Gossen: <BR>“Se abrirán las grandes alamedas”

POR GRACIELA AZCÁRATE
A principios de la década del setenta despunta en América Latina un fenómeno de gravitantes consecuencias, como fue el triunfo de la revolución cubana, de la que Allende fue un decidido partidario y defensor.

Se abrió así un período particularmente convulso, caracterizado por la agudización de los conflictos internacionales, especialmente en el Tercer Mundo, influjo ante el cual una gran parte de la izquierda latinoamericana y chilena rindió tributo, suscribiendo la tesis de la vía armada y de asalto directo al poder político del Estado.

“Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse, sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”. Salvador Allende
Ultimas palabras dichas el 11 de septiembre de 1973 en el Palacio de La Moneda, Santiago de Chile.

Salvador Allende nació el 26 de junio de 1908, en Valparaíso y sus primeros años transcurrieron en Tacna, ciudad en cuyo liceo aprendió las primeras letras. Sus padres fueron el abogado y notario, militante del Partido Radical, Salvador Allende Castro y su madre Laura Gossens Uribe.

Entre 1920 y 1924 instalados en Valparaíso, luego de recorrer Tacna que entonces era chilena, Iquique, Santiago y Valdivia, ingresa al Liceo Eduardo de la Parra, donde realiza sus estudios con excelentes calificaciones. Destaca en natación y decatlón juvenil. Por esos años conoce a Juan Demarchi, viejo anarquista italiano, que influye en su formación ideológica prestándole los primeros libros de marxismo.

En 1918, su padre lo envía a Santiago, al Instituto Nacional. Años más tarde, cursando el 4to. año de humanidades, el joven Salvador Allende escuchó hablar de un suceso destinado a transformar el mundo: la Revolución de Octubre. Sería el maestro ebanista, perteneciente a la cultura de los anarquistas, Juan Demarchi quien lo introdujo en los problemas de la “cuestión social”.

Después del servicio militar ingresó a la universidad, donde muy pronto se transformó en líder estudiantil. Asumió la presidencia del Centro de Alumnos de Medicina y la vicepresidencia de la FECH, situación que coincidió con un conflictivo cuadro histórico, caracterizado por el fin de una fase dorada, basada en los beneficios del excedente salitrero y por un agudo conflicto en todas las áreas de la sociedad, período tenso y convulso que culminó con la irrupción de los militares y la posterior dictadura de Carlos Ibáñez del Campo que abarcó desde 1927 a 1931.

Al caer el régimen, a principios de la década del treinta, tras sucesivas manifestaciones populares que estremecieron al país, Allende asumió sus responsabilidades como dirigente estudiantil y poco después apoyó activamente el episodio de la República Socialista en 1932, actitud que lo llevó a ser sometido ante tres Cortes Marciales. Es en esta época que el novel dirigente adquiere definiciones conceptuales y teóricas y es en esta primera etapa de conciencia social donde se mezclan razonamientos provenientes de la teoría marxista del conocimiento, producto de las tertulias universitarias y de su adscripción al grupo “Avance”, y aspectos del ideario anarquista por influencia determinante del fascinante ebanista J. Demarchi.

En 1929, adoptando la tradición familiar, ingresó a la masonería.

Es en esta etapa de joven dirgente cuando despuntaron sus dotes de conductor y líder del ideario socialista.

Una de las expresiones más significativas pronunciadas por Allende, luego del triunfo de la Unidad Popular, fue: “No puedo ni podré olvidar jamás que todo lo que he sido y todo lo que soy se lo debo a mi partido”.

La organización política lo dotó de parámetros analíticos y paradigmas teóricos que le acompañaron durante toda su vida. El nexo entablado fue tan sólido que sólo la muerte pudo romper la relación entre Allende-persona y Allende-militante.

De militante pronto se trasformó en jefe del núcleo, para luego asumir la secretaría de estudios sociales y la dirección regional de su partido. Desde esta trinchera y vinculado familiarmente con Marmaduke Grove, apoyó la experiencia de la República Socialista en1932, febril actividad política que lo marcó como un “peligroso agitador”.

Fue detenido y relegado a Caldera, en medio del desborde represivo desencadenado por el gobierno de Arturo Alessandri.

Un año después, con veintiocho años, y de vuelta en el puerto de Valparaíso, contribuyó a la formación de una alianza de profundo contenido histórico para la causa popular y el desarrollo de la nación, como fue el Bloque de Izquierdas, antecedente inmediato del Frente Popular, este episodio contribuyó a su acceso a la Cámara de Diputados en 1937.

En 1939, Salvador Allende tuvo una destacada participación como Ministro de Salubridad, en representación de un partido del cual se había transformado en subsecretario general. Entre las múltiples actividades y responsabilidades, destaca la participación en la fundación de las Milicias Socialistas.

 En 1940 contrajo matrimonio con Hortensia Bussi, una joven profesora de Historia y Geografía, a quien había conocido el 25 de enero de 1939 durante el terremoto de Chillán.

En1943, asumió la Secretaría General del Partido Socialista, para luego ser electo senador en 1945, por la antigua 9ª circunscripción de Valdivia, Osorno, Llanquihue, Chiloé, Aysén y Magallanes.

Los gobiernos de Frente Popular repercutieron en la historia de Chile, al modernizar las estructuras del Estado, desarrollar la infraestructura económica y acelerar cambios en el sistema político.

La característica de esta fase es la normalidad progresiva y normativa político-institucional en el funcionamiento de los aparatos del Estado, cuestión que floreció a partir del 1958. El fundamento histórico y político de la estrategia política de Allende era la profundización democrática, el robustecimiento del desarrollo y un nuevo modelo de democracia social sustentada en el Estado.

En 1951, para enfrentar a Carlos Ibáñez del Campo, Salvador Allende junto a los comunistas, radicales doctrinarios y la izquierda socialista fundaron el Frente del Pueblo, alianza calificada como “una conciencia en marcha”.

Los 52 mil votos obtenidos por Allende en las elecciones presidenciales de 1952 inauguraron un período que 17 años más tarde culminó en la Unidad Popular. Lo importante de estos hechos radicó en la aparición de un proyecto que contenía un programa y una concepción de sociedad. En el centro de la escena histórica empezaban a tomar posición nuevas fuerzas sociales, que irrumpieron en el sistema político a través de un electorado de masas que se amplió en 1958.

Salvador Allende aparecía ya como el líder natural de los desposeídos y un dirigente respetado cuando en 1953 fue reelegido senador por Tarapacá y Antofagasta.

Tres años después, el Frente del Pueblo dio paso a una alianza más amplia, con la incorporación de nuevos grupos sociales y políticos y le hacen alcanzar una extraordinaria votación por su candidatura presidencial en 1958, ocasión en que lo derrotó J. Alessandri por un escaso margen de votos.

En 1961 nuevamente fue elegido senador de la República, esta vez por su natal Valparaíso. Un par de años más tarde, la Asamblea Nacional del Pueblo lo proclamó abanderado de las aspiraciones populares, asumiendo por tercera vez la responsabilidad de la candidatura presidencial. En1964, enfrentó a Eduardo Frei, líder histórico de la Democracia Cristiana.

Entre 1966 y 1969, Allende fue presidente del senado, siendo reelecto este último año por la circunscripción de Chiloé, Aysén y Magallanes.

Desempeñó un destacado lugar en el ámbito de la política internacional al participar en la Conferencia Tricontinental y, en la fundación de la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad), episodio que sumado a su apoyo a la guerrilla del Che Guevara lo pusieron en el centro de los ataques de la derecha recalcitrante.

En 1970 fue proclamada su cuarta candidatura a la presidencia de la República representando vastos sectores de la izquierda chilena. El 4 de septiembre de 1970, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales más disputadas de la historia nacional en un un clima tenso y febril que le dio el triunfo a Salvador Allende y que por espacio de mil días le permitirió desarrollar la experiencia de la Unidad Popular.

Esa historia chilena violenta, contradictoria y trágica es ya dominio de la historia universal. La triste realidad es que una vasta conspiración, en la que tomaron parte activa el capital nacional y transnacional, el imperialismo, las fuerzas políticas del centro y la derecha y los gremios empresariales y profesionales, creó las condiciones que condujeron a las Fuerzas Armadas a someter a sangre y fuego el 11 de septiembre de 1973, la democracia chilena.

“Salvador Allende pagó con su vida su profunda vocación democrática y su inquebrantable lealtad con su pueblo. Previo al instante supremo con el que será recordado para la posteridad, denunció las dimensiones de la traición y vaticinó con clarividencia el período gris que se abatía sobre Chile. Sin embargo, en su conmovedora alocución final, hubo lugar a la esperanza al anunciar que más tarde que temprano se abrirían las anchas alamedas”.

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