Salvaguarda/salvaguardia

Salvaguarda/salvaguardia

El diccionario es un aliado singular para la comunicación efectiva. A la primera inquietud debemos acudir a él para despejar dudas y evitar yerros o confusiones.

Eso me ha pasado a lo largo de tantas faenas y muchas veces el lexicón me ha permitido aclarar algún significado o me recomienda precisar en el sentido de un vocablo y, aún más, me recomienda sustituirlo.

Hay ocasiones en que, grabada la pieza en el CD para el envío al periódico por correo electrónico, he sentido inseguridad y acudo al repertorio, por si acaso, y el acaso ha valido la pena.

Desde varios artículos atrás he tenido registrado salvaguarda/salvaguardia para redactar el tema que hoy les presento. Por fin llegó el turno, y acudí, en primer orden, al Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE), edición vigésima segunda, 2001. Lo seleccioné, además, para ver lo que, acerca de estas dos formas aconsejará la corporación que, quizás la nueva edición (vigésima tercera) se pondrá a circular en octubre de este año con motivos del tercer centenario de la fundación de la entidad. Entremos en materia.

El repertorio actual incluye previamente Salvaguarda: Es la primera entrada que dicho instrumento coloca en relación con estos voquibles. Le asigna una /f/ minúscula, con lo que deja saber que se trata de sustantivo femenino. Pero no pasa al significado, sino que consigna, a su lado, y lo hace con letras negritas (resaltando): Salvaguard/ia/ con diptongo en /ia/ sílaba final, nada más. Entonces, da paso al verbo salvaguardar (no salvaguardiar) y explica significados: ‘defender, amparar, proteger’. Antes de ofrecer acepción, inscribe una abreviatura: tr., que quiere decir “verbo transitivo”, y que, por lo tanto, reclama en su uso sintáctico–gramatical un complemento directo.

De inmediato el DRAE enfrenta el sustantivo salvaguard/ia/ y lo acompaña de una /m/, contrariamente a la anterior, y esta agregación significa género masculino y con diptongo /ia/ en la última sílaba, que ya dijimos.

Por el orden de estas dos voces la Academia destaca su preferencia: salvaguard/ia/, vale decir, no define el primer término, sino que remite a /salvaguardia/ y ofrece la definición. Queda claramente que ésta –así definida– es la de su preferencia.

Es bueno que tengamos en cuenta que el tomo sexto del Diccionario de Autoridades, primer vocabulario de la Real Academia, que recoge las palabras desde S hasta la Z, año 1739, no contiene el vocablo /salvaguarda/, ni el verbo /salvaguardiar/. Solamente /salvaguardia/.

En la Enciclopedia del idioma se recoge de igual manera que en el DRAE del 2001: /Salvaguarda/ Salvaguardia. Pero en esta obra el verbo /salvaguardar/ se incluye como un americanismo. Entonces, coinciden con la preferencia por salvaguardia pero se ilustra que la palabra proviene de “salvar” y “guardia”; da ambos sustantivos como masculinos y fija su ingreso en español en el siglo XVII. El autor de esta Enciclopedia es Martín Alonso. Hemos recogido estos últimos datos en el tomo III, letras N–Z, 1958.

Alonso afirma que salvaguardar, americanismo, significa en nuestras tierras ‘defender, poner a salvo’. A la vez que dice que salvaguardia amplió su significado a partir del siglo XIX, como ‘señal que en tiempo de guerra se pone, de orden de los comandantes militares, a la entrada de los pueblos o a las puertas de las casa, para que sus soldados no les hagan daño’.

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