En la democracia auténtica se gana el poder político por liderazgo refrendado por elección. En lo íntimo de los partidos, el derecho a optar por el poder político se valida por convención de delegados o primarias abiertas, que son mecanismos institucionales sustentados por Ley Electoral. Pero aquí los grandes partidos, de los que cada vez hay menos, han sustituido los medios institucionales por el señalamiento de dedo, socavando así la democracia interna y, por vía de consecuencia, la esencia de la democracia nacional.

Cuando el presidente de la Junta Central Electoral, doctor Roberto Rosario, advierte que ese organismo objetará las candidaturas no refrendadas por convención, está asumiendo una responsabilidad saludable para la democracia. En algunos partidos hay preocupación razonable por el arrebato del derecho de elección de gente que se cree con liderazgo suficiente para ganar candidaturas en base a democracia interna.

Ya sabíamos que la resistencia a aprobar una ley de partidos y una ley electoral tenía bemoles antidemocráticos que se están manifestando con las candidaturas “digitales”. La Junta hace muy bien en apelar a las facultades que le confiere la Ley Electoral para tratar de rescatar parte de la democracia interna que los partidos han tirado por la borda con el mayor desparpajo.

Santiago: basura y arrabalización

Las condiciones de abandono en que se encuentra la ciudad de Santiago pone en entredicho la gestión de quienes prometieron asearla y organizarla, pero también desafía a cada uno de los que aspiran a ganar la sindicatura en las elecciones del 2016. Basura en abundancia y un ornato degradado por la arrabalización creciente es el panorama que exhibe la laboriosa y romántica Ciudad Corazón. Si este estado de cosas fue heredado de anteriores administraciones, hay que cargar a las actuales autoridades el hecho de no haber cumplido la promesa de resolver los problemas encontrados.

La basura y la arrabalización son la huella de una gestión municipal deficiente. La campaña política con miras al 2016 nos trae nuevos aspirantes a dirigir el municipio. El reto que aspiran asumir está ahí, sucio y maloliente.