Salvar vidas oficializando el chisme

Salvar vidas oficializando el chisme

Eusebio Rivera Almodóvar

El chisme y la reelección tienen una correlación algebraica: Son buenos y malos dependiendo de tu ubicación. Si el chisme es contra otro te divierte o entretiene (es bueno), si es contra ti es perverso o diabólico (es malo); si la reelección la quieres tú, es útil, necesaria y progresista (buena), si es tu adversario que desea reelegirse es corrupción, continuismo o dictadura (mala).
Nuestra tradición, folklore o cultura refleja en refranes o adagios conductas colectivas que favorecen la prevalencia del elevadísimo número de feminicidios en nuestro país y se trata desgraciadamente de aquellos que plantean: “Nadie se meta en pleito de “marío” y mujer porque sale “embarrao”; “la berenjena le pica en la barriga al que lleva vida ajena”; “los pleitos de las parejas se arreglan en la cama”, etcétera y la prensa, vergonzosamente, después de asesinada una mujer, entrevista a familiares, amigos y vecinos relatando las numerosas ocasiones en que vieron u oyeron a una pareja peleando, sin acudir a un organismo oficial de denuncias. El morbo y sensacionalismo de la muerte les anima a dar declaraciones como “testigos” de maltratos previos; no se metieron en la vida ajena y salen a figurear con la muerte ajena. Eso debe cambiar.
Hay que estimular la transformación del chisme en denuncia confidencial oficial de maltrato o violencia contra familiares, amigos o vecinos. En casi todo el mundo (y aquí se ensaya) hasta cuando se maltrata a un perro los testigos bajo confidencialidad y protección oficial, motivan procesos judiciales y condenas contra abusadores y aquí no se hace para salvar a mujeres. ¡Comencemos!

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