Samaná ahogada por la basura

Samaná ahogada por la basura

Lo excelente de la vía expreso Juan Pablo II a Samaná ha servido para que más visitantes la utilicen como acceso a lo que debe ser el principal polo turístico, por las bellezas que ofrece la península en todos sus rincones. Lamentablemente, una marcada indolencia de los habitantes está sumergiendo a la ciudad en un basurero que inunda calles y patios.

Ya Diario Libre ha publicado reseñas muy valiosas del estado de abandono de las calles de Samaná y de sus carreteras. Después que se transita por la excelente vía que ha acortado la distancia con ese hermoso lugar, se tropieza de frente con las inmundicias que ahogan la población que está acostumbrada y resignada a su suerte y es poco lo que hacen para sacudirse del problema.

Esos reportajes de Diario Libre no tienen desperdicios, pero lo que llama  más la atención del estado de abandono es el cementerio, que por estar sus tumbas escalonadas, es notable su fealdad y ruinas que al menos con una mano de pintura de cal amortiguaría la desagradable impresión de esos sepulcros en mal estado. O una fachada victoriana similar a la del malecón.

Las calles y vías se podrían excusarse en su mal estado debido a que se construye un moderno acueducto, por tal razón no se recoge basura ni se tapan hoyos. Eso habla muy mal de la población que se ha visto premiado por la plaza comercial victoriana más bella del país, y que su atracción tan impactante a la vista, mitiga lo que queda de la “chorcha”, que a ojos vista se está deteriorando para alcanzar su colapso final.

La zona del muelle y del malecón deja mucho que desear. Ahí se vuelve a la excusa de que los trabajos del acueducto impiden un cambio de la situación. Es indudable que hay un gran desgano de los samanenses para limpiar su ciudad y en momentos cuando hay en perspectivas tantas inversiones que solo esperan a la conclusión del acueducto y el mejoramiento de las carreteras a Las Terrenas y a Las Galeras y en consecuencia a la hermosa bahía de Rincón. No es lógico que el abandono sea la peor impresión que se  lleven los visitantes.

En vista de cómo se están acelerando los proyectos turísticos, en especial  los novedosos de  los inmobiliarios que ya algunos asoman sus fachadas en hermosos lugares de la costa y se anuncia la rehabilitación del  puerto de Arroyo Barril, lo menos que las autoridades deberían hacer es recoger la basura y dirimir el desacuerdo que existe en la zona donde se ha proyectado el vertedero, ya que tirar al mar la basura es imposible. Hasta Sánchez se ve mucho más limpio y atractivo que Samaná, pese a que no registra un impulso turístico y aquel colapso de un barrio con todas sus casas están en vías de solución, aun cuando los trabajos de los apartamentos están paralizados. Todavía las calles están en mejor estado que las de Samaná.

Por tanto es impostergable que las autoridades, en particular las de Turismo, que tanto empeño están demostrando para acelerar el avance del turismo en la zona, deberían ocuparse de que la gente de Samaná limpien su pueblo y que se vayan mejorando las carreteras actuales, a la espera que se construya el anillo vial que empalmaría la Juan Pablo II con Las Terrenas–El Limón-Samaná.

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