Samaná: cultura, playas y ballenas
en una bahía singular

Samaná: cultura, playas y ballenas <BR>en una bahía singular

POR MARGARITA QUIROZ Y MARÍA MERCEDES
SAMANÁ.-
La curiosidad de observar las ballenas jorobadas en Samaná es una excelente excusa para descubrir las bellezas naturales de una bahía, históricamente codiciada por potencias extranjeras.

De diciembre a marzo, los ojos de gran parte de los turistas que visitan el país se vuelcan sobre esta provincia y por tal motivo, el movimiento económico se torna más dinámico. Y es que como bien explica Miguel Bezi, subsecretario de Estado de Turismo de la Región Nordeste, durante los “50 días de ballenas” los ingresos de los samanenses provienen del movimiento que genera su observación.

Debido a ese dinamismo, las nuevas autoridades gubernamentales tienen planificado realizar para el  próximo año “El Primer Festival de las Ballenas de Samaná”.

Este espectáculo marino también genera fuentes de empleos directos e indirectos, como el traslado de turistas al Santuario de Mamíferos, la venta de comida, artesanías, camisetas y otras prendas de vestir alusivas a la temporada. Cayo Levantado es el escenario escogido por 200 padres de familia para ofertar sus creaciones. Este cayo es una de las islas más hermosas del Caribe. Tiene playas y varios cayos pequeños que la circundan, uno de ellos tiene la particularidad de que cuando la marea sube desaparece.

Su bahía está dotada de recursos naturales privilegiados pues posee arrecifes, cabos, farallones, ensenadas, puertos, caletones y playas.

Por esas condiciones, en 1959 fue declarada monumento natural.

A la llegada de los españoles en 1492 pertenecía al cacicazgo de Maguá, y actualmente a la región Nordeste.

En el casco urbano de la provincia hay alrededor de 100.000 habitantes, mientras que en el municipio de Santa Bárbara hay 30.000.

DE VISITA POR SANTA BÁRBARA

Un imponente mar saluda a los visitantes que llegan a esta ciudad fundada en 1756, mientras que el bulevar, aún no terminado, impregna un aire parisino a ese ambiente caribeño.

Durante el día Santa Bárbara de Samaná camina a un ritmo pasivo, pero al caer la noche el sonido pegajoso de la bachata y los tambores del merengue retumban de las bocinas de las diferentes casetas instaladas frente al malecón. Con cerveza en mano y contagiados por la alegría que transmiten esos ritmos, los samanenses mueven sus cuerpos, acción que convierte el momento en una gran fiesta, donde se divierten grandes y chicos.

“La chorcha”, única herencia que queda del Samaná viejo, antes de que la ciudad se destruyera a causa de un incendio, aún permanece intacta. Ésta es uno de los legados culturales más importantes de esa provincia, donde se celebran cultos de la religión protestante.

Además, como herencia gastronómica los visitantes pueden degustar el famoso pan de coco al que llaman “Yaniquek”, y en su variante dulce “Gateau”. Por supuesto, no puede faltar el delicioso pescado con coco, que regularmente es acompañado con arroces y víveres.

CRUCEROS EN LA BAHIA

El potencial turístico que posee la Bahía de Samaná ha motivado a inversionistas locales a traer a sus costas de forma permanente una cadena de cruceros a partir de febrero próximo.

Se trata del Grupo Frederick Chark, empresa privada dominicana que ha hecho contactos con el segundo manejador de cruceros más grande del mundo.

“Gracias a las negociaciones que hizo el Grupo Frederic Schat, empresa que vendió la idea de Samaná y Cayo Levantado, finalmente después de muchos años de conversación la empresa de cruceros aceptó la propuesta e iniciarán a mediados de febrero”, dijo Miguel Bezi.

Los cruceros que llegarán a Samaná provienen de La Romana y se estima traerán alrededor de 1.000 pasajeros. La parada que harán será por un día y les permitirá moverse a diferentes puntos atractivos incluyendo Cayo Levantado, la observación de ballenas, Arroyo Barril, Portillo y El Salto del Limón.      

El funcionario expresó que los turistas que llegan a esta costa son de todas las nacionalidades- y por lo general vienen desde Puerto Plata, luego de hacer una ruta de tres horas. Se suben a los barcos y van a Cayo Levantado, al Santuario de las Ballenas y los Haitises. Al final de la tarde se trasladan en autobús y regresan a Puerto Plata, donde están hospedados.

Afirmó que otros cruceros han atracado en Samaná de manera esporádica. “Un crucero venía en noviembre y el otro volvía en junio, pero ahora vendrán de manera regular una vez a la semana, como se hace en la Isla Catalina. Pienso que ese es un proyecto importante para Samaná, para la zona y el país”.

AVENTURA MARINA

Como si fueran pescadores apasionados que van tras su “presa”, 14 personas salieron en una pequeña embarcación desde Cayo Levantado para emprender la más emocionante aventura acuática, esa que sin importar la cantidad de veces que se realice, resulta fascinante repetirla: ver nuestras ballenas jorobadas, nuestras porque muchas de ellas al nacer en nuestras cálidas aguas son dominicanas.

En esa oportunidad, los periodistas invitados por la Secretaría de Turismo, tuvimos la dicha de ver dos coletazos. Ese salto lo hacen   cuando salen a tomar aire y descienden verticalmente dejando ver su gigantesca cola. Los científicos usan este movimiento para retratar la cola y así identificarlas, pues son como sus huellas digitales. Cada ballena tiene su propia configuración de manchas. 

Al levantarse sobre la superficie, en un coletazo son capaces de impulsar 40 toneladas de peso.

Los pasajeros de tres embarcaciones más también fueron testigos de esta indescriptible emoción que nos invade el corazón cuando se logra ver a los mamíferos más grandes del planeta.

Eso demuestra que las ballenas siempre son puntuales, nunca faltan a la cita. Y aunque no siempre se las puede ver como todos esperamos, ellas siempre van al encuentro.

LAS BALLENAS JOROBADAS EN RD

Según describe Oscar A. Cañirez, presidente de Camping Tour, en un folleto realizado por la empresa y el Banco de Reservas, en el corazón de los Haitises, exactamente en la Cueva del Ferrocarril o de la Línea, hay una pictografía –hecha por los primeros pobladores de la isla– que hace referencia a la presencia de las ballenas jorobadas en las costas de Samaná desde hace cientos de años. Ese dibujo, casi a nivel del suelo, retrata perfectamente una ballena jorobada.

La permanencia a través de los siglos de esa imagen nos debe motivar a preservar, conservar y tratar de entender el valor ecológico y turístico que tienen las ballenas jorobadas para los dominicanos. Sólo imagínese que si pudiera entrar al agua las oiría cantar sus “famosas canciones”; y si midiera la ración de leche con que amamantan al ballenato se sorprendería por los 55 galones de leche que producen diariamente o si quisiera seguir su peregrinaje desde el Atlántico Norte hasta las tibias aguas de Samaná, quedaría sobrecogido por su sentido de orientación.

En el período que va de mitad de enero hasta inicios de abril, a la Bahía de Samaná llegan de 200 a 300 ballenas jorobadas. Unas vienen a aparearse y otras a parir. Estas últimas llegan más tarde y regresan poco después a las zonas de alimentación, al norte de Boston.  

Cabe destacar que la mayor población de las jorobadas del Atlántico Norte no vienen propiamente a Samaná, sino al Banco de la Plata, aunque un buen número llega hasta las aguas de la Bahía y sus zonas aledañas. Todas las ballenas jorobadas del Atlántico Norte se reproducen y nacen en el Santuario de las Ballenas Jorobadas en el Banco de la Plata o en la Zona de Samaná. 

Su madurez sexual se da a los cuatro años. Las hembras pueden iniciar su reproducción a los cinco o seis años y generalmente paren una sola cría por parto cada dos años o más.

Las crías o ballenatos nacen  después de una gestación de 11 a 12 meses; al nacer miden unos 12 pies, es decir cuatro metros y pesan 2.000 a 3.000 libras.

Estos ballenatos son alimentados durante un año por las madres, de las que consumen por día 50 galones de leche muy nutritiva, espesa y rica en grasas, de consistencia similar al yogur. Pueden alimentarse y nadar al mismo tiempo, al tragar el chorro que su madre dispara.    

CICLO DE VIDA

Estos enormes mamíferos acuáticos alcanzan edades entre 40 y 50 años, mientras que otras ballenas de barbas pueden durar hasta 100 años.

La peregrinación de las ballenas hacia el mar empezó hace unos 100 millones de años, pues sus ancestros eran mamíferos terrestes. 55 millones atrás, cuando nuestra Cordillera Central empezaba a emerger de entre las aguas, la adaptación de las ballenas a la vida acuática estaba bien establecida.   

Durante el transcurso de sus vidas desenvuelven sus actividades en dos residencias: una en el Atlántico Norte, que es su zona de alimentación, y en el Caribe, la zona de su reproducción.

Los meses de primavera, verano y otoño las ballenas jorobadas viven en las aguas frías del Norte alimentándose de peces pequeños, especialmente de anguilas, arenques y de camarones pequeños (krill), que es el alimento principal que ingieren.         

La ballena jorobada es una especie en peligro de extinción y una de las favoritas de los observadores de todo el mundo, debido a su animación y acrobacias. 

Ellas emigran en número considerable cada año a las aguas de República Dominicana, donde vienen a reproducirse. Éstas miden alrededor de 45 pies de largo (15 metros) y su nombre obedece a la forma de joroba que a menudo presentan en la base de la aleta dorsal. En su boca tienen de 540 a 800 barbas.

Sus aletas son de color blanco y largas, un tercio del largo de su cuerpo. Les facilitan la movilidad y estabilidad bajo el agua, les ayudan a maniobrar, a guiar a las crías, señalizar su posición, mostrar agresividad y hasta agrupar los peces de los que se alimentan. Estos distinguidos visitantes proceden de Labrador, New Foundland, Groenlandia, Islandia y el Golfo de Maine, realizando un recorrido de unos 64. 751 kilómetros, período en que el que no se alimentan, como tampoco lo hacen durante su estadía reproductiva en nuestras aguas. 

EL CHORRO DE AGUA: SU RESPIRACIÓN

Como todos los mamíferos, las ballenas tienen pulmones. En el caso de las jorobadas respiran por dos orificios nasales, los otros tipos de ballenas tienen solamente un orificio nasal encima de la cabeza. Estos orificios nasales están localizados en una pequeña depresión. Cuando las ballenas salen a la superficie necesitan eliminar el agua que está alojada en esa depresión. La técnica que usan para expulsar el aire que les queda en los pulmones  hace que el agua que  está en esa depresión sea lanzada al aire. El agua impulsada por el aire caliente proveniente de los pulmones se condensa parcialmente al entrar en contacto con el aire frío que está en el ambiente. El resultado final es una columna de vapor de agua. 

Un dato curioso es que las ballenas no tienen pelo, porque de ser así nadarían más lentamente.

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