Samaná, un Montecarlo chiquito

Samaná, un Montecarlo chiquito

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Escuchamos de labios de nuestro Presidente expresar, que convertirá a Samaná en un Montecarlo chiquito. A nuestro parecer, esto es una incongruencia, ya que la provincia de Samaná es mayor en extensión que el principado de Monáco, del que cuya área urbana forma parte Montecarlo, donde se encuentra el casino del mismo nombre, el más afamado en la Costa Azul.

Revisando los compromisos para este año hechos por el gobierno para ejecutar en la provincia de Samaná, notamos una incoherencia abismal entre la declaración precedente y la descripción de las obras programadas, tal y como aparecieron en este mismo diario en la edición del 17 de febrero en la

página 5. En la misma, no figura ninguna obra de infraestructura vial, tal y como amerita una zona paradisíaca visitada y elogiada por miles de turistas, que tienen que sufrir penurias al trasladarse por estrechas carreteras, la mayoría en mal estado y sin asfaltar.

En el municipio de Las Terrenas -el cual se ha venido desarrollando de una manera caótica y sin planificación gubernamental- da pena circular por los angostos callejones, en donde el tránsito se hace pesado debido a la imprudencia de los conductores, hasta el punto que a veces se torna imposible. El acceso a las playas que se consideran más atractivas es muy difícil, sobre todo en época de lluvia, en donde los caminos de tierra se enfangan. Este es el caso de Playa Bonita, apenas a 4 kilómetros de Las Terrenas y en donde hay magníficos hoteles y también excelentes villas, adquiridas o construidas en la mayoría de los casos por extranjeros.

En Las Terrenas, todavía no se ha concluido la salida de la carretera Samaná-El Limón-Las Terrenas. Playas tan atractivas como El Valle, en donde se construirá un «resort» denominado «Las mil y una noches» con apenas nueve kilómetros desde la carretera principal, es inaccesible debido a la falta de

dos puentes. Cuando llueve, hasta los vehículos todo terreno tiene dificultad para salir de aquella esplendorosa ensenada. De igual modo, la playa de El Limón, Morón y Las Canas están servidos por caminos de penetración en que apenas cabe un vehículo y ojalá que esté seco, de lo contrario se corre el riesgo de empantanar o deslizarse.

Una playa que merece una mención especial es Bahía de Rincón en donde se informa que un consorcio español construirá villas y hoteles de lujo. Se afirma, que esta empresa posee en España y en otros lugares del planeta, agencias importantes para reclutar personas que deseen pasar sus vacaciones en estos lugares en donde la mercancía que se ofrece es: sol y arena.

No obstante estar comunicada por una carretera asfaltada, el acceso a la playa de Las Galeras no es el más indicado para el potencial que tiene esta playa que ya cuenta con un excelente hotel y que además posee una imponente vista del Cabo Cabrón, el punto más septentrional de la isla.

Con los cien millones de pesos que el Banco Mundial prestó a la firma Aeropuerto Dominicanos (AERODOM) se piensa dar terminación al aeropuerto internacional del Catey, el cual dará servicio a la ciudad de Samaná y municipios aledaños. Este será sin lugar a dudas, el despegue de Samaná como punto final de destino, ya que hasta ahora los turistas debían soportar largas jornadas en autobús, sean desde Puerto Plata o Santo Domingo.

Ahora bien, lo que a nuestro entender convertirán a la provincia de Samaná en obligado punto turístico serán, la autopista que la acercará a sólo una hora y veinte minutos de Santo Domingo y la colosal y segura marina cuya su construcción se inició en el malecón de la ciudad. Por supuesto, se tendrán que eliminar las trabas y los registros que practican los enemigos de los yates y cruceros: la marina de guerra. Si se crea una marina especial, tal y como se hizo con la policía turística (Politur), con marinos preparados y que hablen varios idiomas, podríamos atrapar los miles de yates, veleros y catamaranes que pasan por nuestras costas y que debido a la mala fama que poseen los «celosos marinos» pasan de largo. Este Montecarlo chiquito será el receptor de esos turistas, que no son, ni de mochila, ni vienen con el perjudicial todo incluido.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas