ORLANDO. – Sammy Sosa enseñó tremenda lección a cerca de 200 espectadores en una clínica de bateo el pasado lunes en esta ciudad.

“Si uno juega este deporte”, dijo Sosa, “a veces se va a ponchar”.

La temporada pasada Sosa aprendió eso de mala manera. En un año, acumuló más problemas que en el resto de su carrera combinada.

Los retos incluyeron una suspensión por usar un bate con corcho, una operación en un dedo del pie, ser dejado fuera del Juego de Estrellas, varias malas rachas de bateo y dos pelotazos- uno de los cuales le rompió el casco.

Sin embargo, con una confianza que ronda la arrogancia, Sosa mantiene que su habilidad de superar esos problemas le permitirán continuar una carrera llena de éxito.

“Creo en mí mismo”, dijo. “Sé lo que puedo hacer dentro y fuera del terreno. Trabajo duro por esto. Sé cómo salir allá fuera y resolver mis asuntos, mi carrera y mi equipo”.

“Miren el año pasado. El año pasado fue uno de esos años en los que a uno le pasa de todo, pero aún así terminé con 40 jonrones”.

El bate con corcho se convirtió en un asunto de perdón, algo que ha resurgido con las confesiones de apuestas de Pete Rose. Sosa aprendió a buscar compasión en una menor escala y dijo que piensa que el tiempo y la pasión siguen siendo claves para el perdón. También espera que eso se ajuste a Rose.

“Es una situación difícil”, dijo Sosa. “Con suerte, un día lo perdonarán. Como jugador, a veces se comete un error y luego uno se arrepiente. Mucha gente van a olvidarlo y otros no. Eso es algo con lo que hay que lidiar”.

Versión (Dionisio Soldevila Brea).