Samoa, el tesoro del Pacífico Sur

Samoa, el tesoro del Pacífico Sur

Samoa consta de dos islas principales: Savaii y Upolu, y un grupo de pequeñas islitas, la mayoría deshabitadas. La población del país, alrededor de 178.000 habitantes, profesa mayoritariamente el cristianismo, encontrándose templos de todas las creencias, resultado del paso por estas islas de misioneros europeos.

UN LUGAR TRANQUILO Y RELIGIOSO

Los habitantes de Samoa dan una gran importancia a la religión, que constituye una parte fundamental de su vida. Se levantan con el sol y acuden diariamente, antes de comenzar su jornada de trabajo, a los servicios religiosos de su iglesia, que es sin lugar a dudas, el edificio más célebre y grandioso de su núcleo de población.

Pero lo que más llama la atención de Samoa es su delicioso lento ritmo de vida. Allí no cabe la prisa, ni el estrés, y es cierto que no hay grandes diversiones como cines, teatros, ni estadios de fútbol, pero todo el mundo tiene tiempo para disfrutar de la vida en Samoa.

Viven del cultivo del coco, el plátano, el taro (tubérculo del Pacífico), el café y el cacao, de la pesca, el turismo, las remesas de los inmigrantes y la ayuda económica exterior.

Samoa fue el primer país del Pacífico Sur en obtener su independencia de Nueva Zelanda en 1962, y aunque su sistema político (monarquía constitucional) dista mucho de ser perfecto, pues los partidos políticos se basan más en afiliaciones familiares y regionales que en ideologías bien definidas, su estabilidad política en los últimos años es considerable.

Su desarrollo económico es satisfactorio aunque con una ligera recesión en los últimos dos años, debido a las enormes dificultades que tienen para competir con los mercados asiáticos, y a su enorme vulnerabilidad a desastres naturales, particularmente ciclones, dada su situación geográfica.

La mejor época para visitar Samoa es durante la época seca, que se extiende de mayo a octubre.

CÓMO MOVERSE EN SAMOA

La capital, Apia, es el puerto que comunica Samoa con el resto del mundo. Está conectada por vía aérea con Nueva Zelanda, Australia, Los Ángeles, Fiji, Hawai y otras islas del Pacífico, y las compañías con más números de vuelos a Samoa son: Air New Zealand, Qantas y Polynesian Airways (línea aérea gubernamental).

También hay vuelos diarios entre Upolu y Savai´i y un servicio de ferry para pasajeros y vehículos.

En la mayoría de los casos no es necesario un visado para entrar en Samoa si se va de vacaciones por un periodo inferior a 30 días, y con un pasaporte en regla y con validez de al menos seis meses, pero en cualquier caso conviene ponerse en contacto con su Embajada o Consulado más cercano para verificar estos datos o cualquier cambio inesperado.

Existe un autobús que conecta el aeropuerto internacional de Faleolo, en Apia, con la mayoría de los hoteles de la capital, pero los taxis son baratos y seguros.

Hay muchas maneras de desplazarse por Samoa. Se puede alquilar un coche en el aeropuerto y explorar en solitario sus islas (El Departamento de Tráfico de la Policía en Apia convalida los permisos de conducción y es un trámite inmediato), contratar tour guiados en autobús con aire acondicionado, o ser un poco más aventureros y utilizar la red de transporte local.

Si se opta por alquilar un coche es conveniente saber que se circula por la derecha y que hay que prestar especial atención cuando se atraviesan poblados, por la gran cantidad de niños y animales domésticos que hay.

También es posible alquilar motos y bicicletas.

Desde luego Samoa es uno de los países más baratos del Pacífico, y si uno está dispuesto a vivir según la fa´a, el tradicional estilo de vida de Samoa, viviendo en fale (construcción compuesta de una plataforma y un techado de madera y fibra de coco y sujeto por columnas de madera, sin más paredes o protección), comiendo comida local y viajando en transporte público, es posible hacerlo por menos de 20 euros al día.

LA SENCILLA HOTELERÍA

En Samoa no hay hoteles o resorts de lujo. La mayoría de los establecimientos son sencillos y ofrecen servicios bastante básicos, pero por otra parte, los precios son también muy asequibles. Hospedarse una noche en una habitación doble con desayuno incluido en el emblemático Aggie Grey´s Hotel de Apia, oscila entre los sesenta y los noventa euros, dependiendo de la época del año.

El hotel Aggie Grey se ha convertido en toda una leyenda en el Pacífico. Fundado a principios del s. XX por la hija del químico escocés William Swan, sirvió de base a los soldados americanos en la Segunda Guerra Mundial, y por sus habitaciones han pasado estrellas de cine tan conocidas como Gary Cooper o Marlon Brandon, por lo que se ha convertido hoy en día casi en visita obligada para todo aquel que viaja a Samoa.

Otros hoteles recomendados son el Sinalei Reef Resort, en la costa sur de la isla de Upolu y Le Lagoto Resort, en la costa noroeste de la isla de Savai´i. Pero lo mejor, si se planea un viaje a Samoa, es ponerse en contacto con su Oficina Oficial de Turismo a través de su página web: www.visitsamoa.ws desde donde se podrá obtener una información más detallada.

Lo que Samoa ofrece al visitante es ante todo una forma distinta de entender la vida. En Samoa hay mucho o nada que hacer, según la forma de ser de cada uno.

Con una fascinante cultura Polinesia y repleta de maravillas naturales como cascadas, bosques que nutren de vegetación exuberante un terreno montañoso, volcánico y rocoso, playas de arena blanca, con exóticas palmeras y cocoteros, y una magnifica barrera de coral a tan sólo metros de la costa, hace las delicias de los viajeros aventureros y amantes de la naturaleza, y de todos aquellos a quienes les gusta practicar deportes como el buceo, la pesca, el surf o el trekking.

No es necesario hacer uso de vacunas preventivas antes de visitar Samoa, pero es importante saber que existen gran cantidad de mosquitos, y que periódicamente se detectan epidemias de dengue, por lo que es absolutamente imprescindible el uso de repelentes tropicales.

El Tala es la moneda oficial del país. Los bancos abren todos los días de la semana incluidos los sábados, pero en los hoteles y en el aeropuerto también se ofrecen servicios de cambio de moneda.

A pesar de siglos de influencia europea, Samoa mantiene sus costumbres tradicionales, su sistema social y su lengua, considerada una de las más antiguas de las que todavía existen en Polinesia, aunque el uso del inglés está muy extendido y lo habla prácticamente todo el mundo.

De las dos islas principales de Samoa es precisamente la más pequeña, Upolu, la más bonita, o por lo menos la más variada y donde se encuentran también las mejores playas, dignas del mejor paraíso terrenal. Desde luego, ver amanecer en Lepa o Aleipate, en la costa este de Upulu, recompensan inmediatamente al viajero del largo y cansado viaje que supone llegar a Samoa desde prácticamente cualquier lugar del mundo.

EFE-REPORTAJES.

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