Samuel, escribe algo con esperanza

Samuel, escribe algo con esperanza

Samuel Luna

Ella me miró de forma penetrante, ella misma, mi amiga, que posee una nutrida cosmovisión del mundo y una alta espiritualidad que se manifiesta en sensibilidad, me expresó con una voz halagüeña que escribiera algo con esperanza; esa frase me dejó pensativo y sin muchas opciones. Cuando un articulista es circunscrito a los deseos de los demás pierde la libertad de expresarse y de comunicarse, es como cortarle el ala a una bella águila, para que no vuele con libertad y con coraje; pero fue ella, mi amiga, de forma sincera que me expresó: Samuel, escribe algo con esperanza.

Escribir con esperanza es mi tendencia y costumbre, siempre trato de dejar una enseñanza, una propuesta y una salida. La definición más simple de esperanza es la confianza de lograr una cosa o de que se realice algo que se desea. La meta en cada artículo no es alimentar a un grupo de intelectuales, no es hacer un círculo de reflexión, es generar conciencia y arrojar luz en medio de la confusión. Escribir con esperanza es cristalizar las cosas que están en la oscuridad, los problemas sociales, políticos, económicos y existenciales, llevarlos todos a una cúspide de cristal, donde todo ojo y cada oído pueda discernir lo puro, lo correcto y lo más indicado dentro del menú social, ayudando a cada ciudadano a elegir correctamente y sin manipulación.

En una sociedad metalizada y hedonista, escribir con esperanza es descubrir el ser dentro del hacer; vivimos haciendo cosas para ocultarnos, para robarnos los peldaños de las escaleras del éxito, para evadir el dolor y cubrir quiénes realmente somos. Muchas veces nos comportamos tomando en cuenta las expectativas de la mayoría, nos adaptamos, nos replegamos, no somos quienes realmente somos, como dijo el pensador Karl Marx, y lo citó en calidad de filósofo, no en el contexto del marxismo, Marx expresó: «No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia». En otras palabras, la realidad social y económica moldea y es la que determina la conciencia de los individuos, y muchas veces nos arrodilla frente al demonio Mammón; es ahí donde la vocación de un escritor adusto pero serio está obligada a liberar un rayo de esperanza para recordar que también el hombre, tú y yo, podemos impactar aquella sociedad que está fragmentada y en busca de respuestas. La esperanza debe ser reflejada en cada letra y en cada texto; además, un verdadero escritor busca alimentar la conciencia para incidir en el ser social. La esperanza debe ser alimentada, protegida y lanzada al mar humano que llena esta tierra.

¿Cómo podemos escribir con esperanza con una Rusia y Ucrania en guerra? ¿Cómo podemos escribir con esperanza con un Haití colapsado y un Brasil en caos? ¿Cómo podemos escribir con esperanza con una China que codicia a Taiwán y un Israel y Palestina dividido hasta la muerte? ¿Cómo podemos escribir con esperanza con una República Dominicana cargada de temores por la inseguridad ciudadana? Las letras y las palabras son dos palancas que transforman o destruyen a las sociedades; entonces, hoy vuelvo a retomar mis artículos para transformar y generar esperanza en un mundo de buenos y de malos.

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