San Cristóbal. Un estado de inseguridad se vive en esta provincia ante el incremento de los robos y asaltos de los que son víctimas estudiantes, obreros, taxistas, empleados de bancas de apuestas, y hasta pasajeros en el interior de los autobuses.
Los asaltos con violencia se cometen a plena luz del día, e inclusive, próximo a destacamentos policiales.
En los encuentros entre contertulios se escucha con frecuencia: ¿supiste que atracaron la veterinaria Muñoz frente a la morgue del Hospital Juan Pablo Pina, a las 10:45 de la mañana?, o ¿te diste cuenta que en Villa Fundación atracaron una barbería y se llevaron todos las tijeras, dinero en efectivo y los instrumentos de recortar?
Como si fuera poco, los delincuentes no respetan ni los campos santos, pues se ha reportado que en algunos sepelios -sobre todo en el cementerio de Saninagúa- desconocidos violan los vehículos y cargan con las pertenencias de los propietarios.
Entre las víctimas de los atracos está el joven Rafael Angel Valenzuela, quien fue asesinado por desconocidos cuando se dirigía a depositar el dinero producto de la venta del día de una estación de combustible bajo su administración.
En el sepelio de este joven, de apenas 28 años, por lo menos tres vehículos fueron violentados por desconocidos que cargaron con los teléfonos móviles, dinero en efectivos y otras pertenencias de sus dueños.
Testimonio. “Nadie está seguro en esta ciudad, donde menos tu esperas se tiran dos individuos, te encañonan y te quitan todo lo que tienes, hasta el pasaje para ir a trabajar o la merienda de un estudiante “, dijo Danilo Rivera, entrevistado sobre el particular.
Ni los estudiantes… Hace una semana tres estudiantes perdieron un examen debido a que fueron víctima de los asaltos cuando se dirigían a su lugar de estudios. Fueron sorprendidos por dos elementos a bordo de una motocicleta, quienes le llevaron celulares, carteras y laptos.
Críticas a la PN. Varias personas consultadas, que pidieron que no se dijeran sus nombres, expresaron que no acuden a la Policía a poner las querellas sobre los asaltos de los que son víctimas, por la desconfianza que tienen en la institución del orden.
La población también denuncia que en algunos puntos estratégicos, como la calle 19 de marzo, entre la Leger y la Padre Ayala, agentes policiales se dedicarían a extorsionar a sospechosos de consumir y traficar sustancias prohibidas.