San Martín hace camino al andar en busca de recuperar su esplendor

San Martín hace camino al andar en busca de recuperar su esplendor

San Martín.
Las imágenes paradisíacas que identifican a la isla de San Martín han quedado solo en fotos y vídeos, debido a los severos daños ocasionados por los huracanes Irma y María que aún persisten en la zona turística, sin embargo, el optimismo de una población decidida a levantarse se nota en las calles y en las acciones que van adoptando las autoridades.
La playa de Maho, lugar emblemático de esta isla por la particularidad de que su cercanía con el aeropuerto hace que los aviones pasen a escasos 25 metros de las cabezas de los bañistas, hoy luce como parte del mar. Toda la arena fue desplazada por la furia de Irma y los hoteles circundantes destruidos, casi en su totalidad.
Sobre ese destino se habla incluso de una reconstrucción total, pero nada oficial al respecto. Al igual que playa de Maho una atracción distintiva de la isla fue por años el ‘Pink Iguana’, un bar-restaurante que funcionaba en una vistosa embarcación color rosa que daba la bienvenida a quienes llegaban por el aeropuerto Princesa Juliana; de esa concurrida atracción solo queda los restos de una embarcación destruida que apenas se identifica por el color y parte de las letras.
De lo demás, el solo recorrer la ‘Airport Road’ en la Bahía Simpson, se basta por sí mismo sin que se requiera explicación alguna.
Embarcaciones destruidas, unas sobre otras; barcos en el borde mismo de las avenidas, muelles destrozados, vehículos atrapados entre escombros, ventanas desprendidas que cayeron en cualquier lugar y el cúmulo de escombros recogidos de las vías, a la orilla de la carretera.
Los hoteles que no fueron del todo destruidos inician sus operaciones de manera tímida, lo mismo que los bares y restaurantes, pero ocurre que por la situación misma la presencia de turistas es escasa.
Las dificultades. Aunque el recorrido realizado por HOY estuvo limitado a la zona turística próximo a la Bahía Simpson, uno de los lugareños explicó que aún hay muchas personas refugiadas del lado francés en zonas como Sandyground, y del lado holandés los mayores daños están en Down Beach, una zona de clase alta compuesta por villas, y también en Dutchquater.
Cada persona tiene una historia que contar, pero el elemento común es lo que era y lo que es, sin que se tengan datos precisos de la reconstrucción.
En los medios locales explican que hay un ‘impasse’ para la liberación de los fondos, debido a que el Gobierno Federal tiene como condición indispensable que se conforme una Cámara de Integridad, para asegurar que los fondos no sean desviados.
Otro aspecto es que las aseguradoras aún están en proceso de evaluación de los daños y no han comenzado a pagar.
En términos de la electricidad el primer ministro William Marlin dijo que está restablecida en un 70%, pero los lugareños piensan que es en alrededor de un 50% aproximadamente.
En términos de empleo, el hecho de ser un país cuya economía depende del turismo, muchos están optando por salir a buscar otros rumbos mientras se reponen los establecimientos y se recuperan las playas.
“Yo trabajo en una heladería llamada Carrousel, que es como un museo donde se dan tours a los visitantes; no fue tan afectada pero no está funcionando, y yo mientras tanto iré a Santo Domingo”, expresó una empleada que pidió reservas de su nombre.
Viajaba junto a otra que en igual condición dijo que ella también había quedado sin empleo, y decidió salir.
Haciendo camino al andar. En medio de todas las dificultades y precariedades los lugareños ratifican lo dicho por el premier, en el sentido de que la solidaridad de los pueblos vecinos así como de Holanda y Francia ha sido notable.
En declaraciones sobre la situación actual, dijo que el 6 de septiembre un 95% de las casas tenían daños, escuelas, casa de Gobierno y el aeropuerto. “Ahora nos estamos recuperando, el aeropuerto se abrió, al puerto ya están llegando barcos, pero el primer barco con turistas vendrá el 11 de noviembre, Día de San Martín. En esa misma fecha el centro comercial abrirá para negocios, ahora solo hay algunos abiertos” explicó.
Sobre las playas expresó que están abiertas pero los hoteles tienen daños que van a durar un poco más, pero esperan tenerlos abiertos entre noviembre y diciembre para los Turistas.
“Todo el mundo tiene agua, teléfonos, celulares e Internet”, dijo. Sobre el tema de la comida dijo que no hay problemas porque hay supermercados abiertos y durante estuvieron cerrados se proveyó de alimentación a la población necesitada, así como de agua para consumo. “No tenemos personas hambrientas”, aseguró.
El aeropuerto está abierto, pero con la mayoría de las operaciones manuales.
La destrucción allí fue considerable pero el interés de dar el servicio movió el ingenio, y se levantaron carpas para cumplir con las operaciones establecidas.
Aunque tienen computadores habilitados, muchos de los trámites se están realizando de manera manual, como es el llenado de los boarding pass para viajar y los registros de entrada y salida.
Aunque ya no tienen ‘toques de queda’, mantienen la alerta a los visitantes por el tema de los asaltos y saqueos, debido a que permanecen muchas zonas a oscuras.
La Isla. Cuenta con 37 millas cuadradas que alberga personas de unas 114 nacionalidades. Según destaca el último censo poblacional realizado en 2015, posee 68 mil habitantes fijos y dos millones flotantes (que permanecen un tiempo y luego se van, mientras otros regresan). Dominicanos hay alrededor de 18 mil.
Se recuerda que el huracán que provocó los daños de importancia en San Martín fue Irma, que arrasó con varias islas del Caribe a las que azotó en categoría 5, con vientos sobre los 300 kms/h. La esperanza de los isleños está cimentada en que en el año 1995 el huracán Luis provocó grandes daños y lograron reponerse con prontitud y ofrecer los servicios turísticos de siempre. La fe los hace pensar que en esta ocasión la realidad no será distinta.

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