San Martin, más allá de sus increíbles playas de aguas azules

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PHILIPSBURG,  ST. MARTEEN. En sus escasos cien kilómetros cuadrados, la isla de Saint  Maarten (San Martín, en español) cumple con todas las expectativas que una isla caribeña despierta en el alma del viajero: un puerto internacional, una  oferta gastronómica múltiple, vibrante vida nocturna, buena hotelería y un turismo intenso.

Philipsburg, capital de Saint  Maarten, la parte holandesa de la isla, está situada sobre la Groot Baai (Gran Bahía), lugar al que arribarás si te ganas  uno de los cruceros que te regala el Periódico HOY, por tu suscripción.

Llegar allí es un regalo natural, ya que te sentirás atraída por el verdor, el aire fresco y la alegría de los  sanmartinenses, que viven a plenitud  su cálido clima, su música y el mar.

Con sus calles angostas y bulliciosas, puestos de artesanías y coloridas casas de madera de estilo colonial, de no más de dos o tres pisos, Philipsburg es uno de los pocos puertos libres del mundo donde se consiguen cámaras fotográficas, relojes, joyas, habanos, bebidas alcohólicas, ropa de marcas internacionales y perfumes a inmejorables precios.

La economía de Saint Maarten se basa en el turismo, los casinos y las actividades bancarias, estimándose que  alrededor de un millón de turistas la visitan por año.

La lengua oficial es el holandés; sin embargo, es muy usual encontrar personas que hablan  francés, español, inglés, papiamento, sranan tongo y portugués.

Aunque la mayoría de las embarcaciones que arriban a este puerto hoy en día son cruceros, el comercio internacional aún prospera aquí, gracias a su estatus como destacado puerto libre de impuestos aduanales.

Sus playas

 Hay 37 playas en total, en su mayoría extensas pero no muy anchas. Una de las más populares es Maho.  

Muy cerca de Maho, pegada a un campo de golf, está la tranquila playa Mullet, la preferida de las familias. Cupe Coy, resguardada por murallones de piedra, es el paraíso de los nudistas. Down Beach, una bahía de un kilómetro al pie de una colina de la que cuelgan casitas verdes, amarillas y celestes, es otra de las más bonitas.

Y en Philipsburg, Great ofrece una de las mejores vistas de la ciudad y del puerto.

Comida muy sabrosa

La oferta culinaria es muy completa. Cocina holandesa, francesa, italiana, indonesa, criolla y china, entre otras.

El plato típico de la isla es la langosta, que se prepara de varias maneras y siempre resulta exquisita.

Las claves

1.  Su territorio

“La isla amigable”, como se la promociona, tiene forma de triángulo y está enclavada en el paradisíaco Caribe oriental, en el arco antillano más alejado del continente americano.

2. Transporte

Existe  un aeropuerto  en esta parte holandesa de la isla: el aeropuerto internacional Princesa Juliana, único en su tipo, ya que la cabecera de la pista se encuentra junto a la playa.

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Alojamiento para todos los gustos

En St. Maarten existen alrededor de 40 establecimientos entre hoteles, aparta-hoteles, condominios y villas que se suman a la oferta de casas individuales para aquellos que deseen disfrutar de estancias más prolongadas. Entre los más importantes y preferidos por el público latinoamericano se encuentran el Maho Beach Resort Casino, el Princess Port de Plaisance, Radisson Vacation Villas y Caravanserai Beach Resort.

Bares y discos

Luego de la cena, qué mejor que tomar un trago en alguno de los bares de la isla. Cheri´s es divertido porque tiene un toque caribe latino donde bailar y escuchar grupos en vivo.  Muchas veces hay noches temáticas en que todo se ameniza con un show.

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