San Pedro y el Complejo Playa Nueva Romana

San Pedro y el Complejo Playa Nueva Romana

Las sociedades que organizan las actividades productivas en mercados, se caracterizan por la libertad de empresa. Los inversionistas arriesgan capital y prestigio en sus iniciativas empresariales. Son libres de contratar a trabajadores y proveedores, y  denominar  a sus empresas con los nombres  más atractivos a los consumidores.   Los propietarios del complejo turístico entienden que el nombre de Nueva Romana es, mercadológicamente, más adecuado a sus objetivos corporativos.  Hasta aquí, aparentemente, la estrategia suena bien.

 El ruido surge cuando se  ignora el lugar en el que se encuentra establecido el complejo hotelero.  No sé por qué,  de manera reiterada,  estos inversionistas diseñan la campaña promocional del hotel sin  aludir que,  donde en realidad se localiza,  es en el Municipio de Ramón Santana,  provincia San Pedro de Macorís.  ¿Que cuesta decirlo?   Prefieren señalar, y esto ya es el colmo,  que el establecimiento vacacional está muy cerca de la ciudad de Santo Domingo, sin mencionar a San Pedro de Macorís.  Actúan como si quisieran  hacer creer,  a los potenciales turistas nacionales e internacionales,  que  se hallan en la ciudad de La Romana,  famosa por su complejo turístico e inmobiliario.

San Pedro de Macorís, a pesar de sus limitaciones y precariedades,  tiene un rico pasado y una historia social como pocas ciudades de la nación e incluso del Caribe.     Su patrimonio histórico y cultural está entre los más ricos de la nación.  Disponemos de activos invaluables como el Teatro Cocolo Danzante Guloyas, declarado por UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Muy cerca del complejo hotelero,  podemos encontrar la Cueva de las Maravillas,  Patrimonio Histórico y Natural Tangible,   que muestra evidencias del  pasado indígena de la provincia.

A pesar de que un conjunto de factores han debilitado el desarrollo de San Pedro de Macorís, aún se mantiene como una de las provincias más importantes de la nación.  Tiene, como señala el Doctor Feris en un  artículo publicado en este periódico, una notable actividad industrial y turística, en cuya zona de Juan Dolio y Guayacanes florece una amplia oferta turística inmobiliaria, con campos de golf y dos marinas.  El área cuenta,  además,  con una variada oferta de servicios gastronómicos y de recreación como: cafés;  restaurantes; discotecas y bares nocturnos;  pequeños centros de exposición y ventas de arte que brindan sus servicios a turistas nacionales y extranjeros. 

San Pedro es también ciudad Universitaria; dispone de  “museo”, y de una variedad de estilos arquitectónicos considerados como únicos, no solamente en República Dominicana, sino en toda el área del Caribe; y, muy pronto, se convertirá en una ciudad cinematográfica.

Pocas ciudades pueden exhibir un inventario tan rico y variado en los ámbitos económico, cultural e histórico como San Pedro de Macorís. Este legado muy bien pudiera ser incorporado como parte de la oferta de este complejo hotelero y no estaría fuera de la realidad,  como ocurre,  si ése es el propósito,   de considerarlo localizado en  la ciudad de La Romana.  

¡Vana pretensión!

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