San Valentín, una fecha de amor y regalos

San Valentín, una fecha de amor y regalos

Se dice que allá por el año 270  d. C., el emperador romano Claudio II inició una cruzada contra los cristianos. El gobernante tenía una especial animadversión por los matrimonios, pues pensaba que los enlaces debilitaban la capacidad bélica de sus tropas.

Pese a la prohibición expresa, un testarudo creyente, de nombre Valentino, se dedicó a casar a todos aquellos enamorados que querían unir su amor bajo la fe cristiana. Al ser descubierto, Claudio II le mandó arrestar y lo sentenció a muerte.

Mientras esperaba el día de su condena, Valentino entabló amistad con Julia, la hija invidente del carcelero. Él la educó en su religión y, según dice la leyenda,  gracias a su fe  se produjo el milagro y la joven recuperó la vista. El día antes de su ejecución, Valentino le envió una apasionada carta de despedida a Julia con una hermosa rúbrica: “De tu Valentino”.

Valentino fue ejecutado el 14 de febrero y, desde entonces,  ese es el día en el que los enamorados demuestran su mutuo amor . Esa fecha se convirtió en el símbolo del amor y, por ello, de los regalos.

EL DÍA DE LAS FLORES

Las flores son, sin duda, las protagonistas indiscutibles de ese día. Un regalo fácil de conseguir y que suele gustar a todo el mundo. Las rosas rojas son las más adecuadas ya que simbolizan el amor y la pasión.

Los chocolates también son muy codiciados en esta época. Las distintas marcas de confitería conocen su tirón y aprovechan la ocasión para crear cajas y envoltorios acordes con la celebración: estuches en forma de corazón, enormes lazos bermellón y vistosos envoltorios en papel brillante.

Los perfumes completan el trío de ases en los regalos estrella de San Valentín. Resulta menos perecedero que los bombones y las flores pero tienen un problema,  y es que hay que conocer el gusto de la persona querida porque fracasar en un perfume puede ser grave.

No olvide, por supuesto, un buen envoltorio que siempre ayuda a mejorar nuestro obsequio.

ALTERNATIVAS A LOS REGALOS CLÁSICOS

Con el paso del tiempo se acaban las ideas, se repiten los regalos y llega la hora de sorprender con algo nuevo. Si no quiere fallar,  acuérdese de lo que significa el amor y piense en un diamante. Ideal para renovar compromisos de amor eterno.

Pero si el oro o los diamantes quedan fuera de nuestro alcance económico no se disguste, la plata y la circonita hacen el mismo efecto, y a un precio mucho más asequible.

 Si se trata de ellas, suelen preferir los anillos. Para los hombres, un juego de gemelos y pisacorbata resulta habitualmente muy elegantes y convenientes.

Pero los tiempos modernos demandan cambios y, como llevamos pocos años del nuevo siglo, intente compartir obsequio. ¿Quién no se rendiría si ese día nuestra pareja nos ofrece un par de billetes para hacer un romántico viaje de fin de semana? Si el presupuesto no es muy alto se puede compartir espectáculo, por ejemplo, y regalarse unas entradas de cine, teatro o para el concierto del intérprete de moda.

También es apetecible el regalo cultural: el libro. Este obsequio implica un algo grado de conocimiento personal que siempre es muy valorado por la otra persona,  porque de lo que se trata, en definitiva, sea a través de un bien más o menos valioso, o de una simple tarjeta con unos versos plasmados en ella,  es mostrar un detalle amoroso,  en un día en que el amor sobresale más allá de cualquier cita cotidiana. ¡No dejemos que pase como un día más! EFE-REPORTAJES.

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