SAN SALVADOR. AFP. El presidente electo de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, inició este lunes los preparativos de transición para el gobierno que encabezará a partir del 1 de junio, luego que la noche del domingo fue proclamado oficialmente ganador de los comicios.

Varias comisiones integradas por colaboradores de Sánchez Cerén y funcionarios del actual gobierno, encabezado por el presidente Mauricio Funes, quedaron instaladas para discutir temas prioritarios de la transición.

«Estamos listos para iniciar este proceso de transición, que dará continuidad a los grandes cambios que han comenzado con el primer gobierno (de izquierda) del presidente Mauricio Funes», señaló Sánchez Cerén en un discurso en la Casa Presidencial.

Los equipos definirán una agenda de trabajo hasta fines de mayo. Durante este periodo se trabajarán los temas prioritarios de los que deberá ocuparse la nueva administración: seguridad, una reforma fiscal y otras temáticas relacionadas con infraestructura y desarrollo, según Funes.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó el domingo el triunfo de Sánchez tras desestimar un recurso de nulidad del proceso que fue planteado por la opositora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA, derecha) por considerar que se cometió un fraude.

Quijano interpuso también el viernes un recurso de amparo – que está pediente de resolución – ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia para que ordene al TSE abrir las urnas de los comicios para realizar el escrutinio manual de los votos.

El escrutinio final de los comicios del 9 de marzo, concluido el jueves, otorgó a Sánchez Cerén, del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda) 50,11% de los votos y al alcalde capitalino Norman Quijano, de ARENA, el 49,89%.

Preparando la transición. El equipo de Sánchez Cerén que trabajará en el proceso de transición lo integran el presidente del Congreso, Sigfrido Reyes, los excomandantes guerrilleros Manuel Melgar (exministro de justicia); el secretario general del FMLN Medardo González, las diputadas Norma Guevara, Lorena Peña y José Luis Merino.

En el equipo de Funes están, entre otros, los ministros Ricardo Perdomo (Justicia y Seguridad), Carlos Cáceres (Hacienda) y David Munguía (de la Defensa).

Sánchez Cerén, de 69 años, será el primer exguerrillero en llegar al poder en este país y el cuarto en América Latina, después del nicaragüense Daniel Ortega, el uruguayo José Mujica y la brasileña Dilma Rousseff.

Tras concluido el escrutinio final, Sánchez Cerén recibió la felicitación de los presidentes de República Dominicana, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba, entre otros. También lo saludaron partidos políticos de varios países y el Foro de Sao Paulo.

El viernes la Organización de Estados Americanos (OEA) expresó su satisfacción por la «transparencia» con que fue realizado el escrutinio final tras las elecciones, mientras que la Unión Europea destacó el desarrollo «eficaz» de la contienda.

El sábado, miles de militantes de la exguerrilla de izquierda, vestidos de rojo, celebraron la ajustada victoria en una plaza de San Salvador.

Ante sus seguidores, Sánchez Cerén dijo que «ningún corrupto» estará en su gobierno y prometió «terminar» con las extorsiones que cometen las pandillas, a pesar que desde hace dos años mantienen una tregua que redujo significativamente los homicidios.

Sánchez Cerén asumirá un país polarizado, golpeado por la violencia de las pandillas y una economía en dificultades, que apenas creció un 1,9% en 2013.

En su discurso del sábado, el presidente electo prometió un «gobierno abierto», «honrado» y «terminar con la pobreza», que afecta a un 40% de los 6,2 millones de salvadoreños.

Analistas, como el académico Roberto Cañas, señalan que el futuro mandatario deberá buscar el diálogo con todos los sectores sociales, políticos y económicos, y alianzas en el Congreso de 84 escaños, que se renovará en 2015, para asegurar la gobernabilidad.