Sánchez completa su anhelado sueño
de ser campeón olímpico

Sánchez completa su anhelado sueño <BR>de ser campeón olímpico

POR JOSE CACERES
El astro mundial dominicano de los 400 metros con vallas, Félix Sánchez, conquistó ayer la primera medalla de oro para la República Dominicana en unos Juegos Olímpicos. El corredor criollo paró el cronometro a los 47 segundos 63 centésimas para lograr la hazaña esperada por los casi nueve millones de dominicanos que siguieron por la televisión las incidencias de la carrera.

Con ese triunfo, Félix Sánchez completó el «ciclo anhelado» de haber logrado una medalla en Juegos Centroamericanos, una en los Campeonatos Mundiales, en los Juegos Panamericanos y ahora en los Juegos Olímpicos, la última que le faltaba.

Es la carrera número 43 en forma consecutiva que gana el brillante atleta dominicano que no pudo esconder en Atenas la emoción por la proeza realizada en la pista.

Sánchez, quien lució bien sereno antes de la carrera, también tuvo que vencer una salida falsa, pero eso no le hizo efecto.

El norteamericano James Carter, quien presionó hasta la valla número 10 en la competencia, no pudo contener el «spring final» de Félix Sánchez en la recta final.

Es la primera vez que la República Dominicana conquista una medalla de oro en los Juegos Olímpicos, ya que apenas había alcanzado una bronce y salió de los puños del fenecido Pedro Julio Nolasco en las Olimpíadas del l984.

Félix llegó a Atenas el día 19 y terminó sus entrenamientos antes de las competencias de su modalidad que arrancaron el día 23.

El corredor dominicano fue felicitado por los demás competidores tan pronto concluyó la más emocionante carrera de Dominicana.

LA CARRERA HISTÓRICA

Sánchez, campeón mundial en Edmonton»»»»01 y París»»»»03, logró su triunfo consecutivo número 43. Invirtió un tiempo de 47.63 y precedió en la llegada al jamaicano Danny McFarlane (48.11) y al francés Naman Keita (48.26), plata y bronce, respectivamente.

Hasta el momento la única medalla que había conseguido la República Dominicana en unos Juegos Olímpicos la logró el malogrado boxeador Pedro Julio Nolasco, quien consiguió el bronce en el peso mosca de Los Angeles»»»»84. Once años después fue asesinado a tiros por unos desconocidos en La Romana.

El atleta, nacido en Nueva York pero que se reconoce ciento por ciento dominicano como sus padres, escribió la página más brillante del panorama olímpico de su país, y lo hizo con autoridad, contundencia, poderío y eficacia, las cualidades que le han llevado a ser el dueño de la distancia que controló otrora su ídolo, Edwin Moses, del que ya solo le separa un oro en cuanto a Juegos Olímpicos se refiere.

El dominicano se juramentó en Sydney»»»»00 para encontrar la gloria que no tuvo en las Antípodas, cumplió con su sueño y el de todo un país que tanto tiempo ha estado esperando para ver su bandera dar la vuelta al estadio y su himno sonar en los Juegos.

Estaba escrito su triunfo, pero en el deporte nunca se sabe. El estadounidense James Carter, sin ir más lejos, estaba en la final y era el hombre que había corrido más rápido este año, con 47.68.  Sánchez, que había acreditado este año un mejor registro de 47.86 (Lausana, el 6 de julio), no quería relajaciones, aún siendo consciente de que era superior a todos sus oponentes.

Ha acumulado una experiencia y una dosis de confianza suficientes que su triunfo fue incontestable e inapelable, pese a que en determinados instantes el propio Carter llegó a tener la iniciativa de la carrera.

El estadounidense, en cambio, entró en la recta final atenazado, »»»»parado»»»» y Sánchez, mucho más regular en toda la prueba y sobre todo mucho más poderoso en los 80 metros finales, se encaminó imparable hacia la gloria y a su entrada con letras doradas en el Olimpo.

Nadie pudo hacerle sombra a su entrada majestuosa en la línea de meta entre el clamor del abarrotado estadio olímpico ateniense. Tanta fue la claridad de su triunfo que el jamaicano McFarlane llegó a casi medio segundo y el sorprendente bronce, el francés Keita, lo hizo a más de seis décimas, todo un mundo.

Carter, que »»»»osó»»»» plantar cara a »»»»Superfélix»»»», quemó sus naves en los 300 primeros metros y se desmoronó ostensiblemente al final, tanto que se quedó incluso sin presea y a una vida del dominicano, que fue de los pocos grandes favoritos que cumplieron con su condición.

Otra buena noticia para la delegación latinoamericana fue el quinto puesto del panameño Bayano Kamani, con un crono de 48.74, peor que los 48.23 de las semifinales que supusieron un nuevo récord de su país.

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