Sanciones petroleras afectan duramente a Irán

Sanciones petroleras afectan duramente a Irán

TEHERÁN. AFP.  Las sanciones petroleras europeas que oficialmente entran en vigencia a partir del domingo, acompañadas de presiones estadounidenses para incitar a los que compran crudo iraní a reducir sus importaciones, afectan ya duramente a Irán.  

Según la Agencia internacional de la energía (AIE), las exportaciones petroleras iraníes disminuyeron en un 40% en los últimos seis meses, a 1,5 millones de barriles diarios (Mb/d).  

Según analistas en Teherán, Irán almacena parte de su crudo a bordo de buques petroleros para evitar verse obligado a reducir su producción. Unos 42 millones de barriles están almacenados así, indicó la AIE, que cuenta con que la baja de las exportaciones continuará en el segundo semestre.  

Irán desmintió en bloque estas informaciones, anunciando por el contrario un alza de su producción a cerca de 3,8 Mb/d y exportaciones estables a más de 2,1Mb/d.  

El ministro iraní del Petróleo, Rostam Ghassemi, afirmó así el martes que «las exportaciones (de Irán) no han bajado mucho» en una entrevista al cotidiano Shargh.  

La UE, que adquiría 20% de las exportaciones iraníes (600.000 b/d), decidió en enero un embargo total al 1 de julio, que la mayoría de los países ya han puesto en práctica.  

Las grandes empresas europeas como Shell o Total suspendieron sus compras. España y Grecia cesaron sus importaciones en abril, e Italia, primer importador europeo de crudo iraní (180.000 b/dj), debería seguir en los próximos meses.  

Las fuertes presiones de Washington, amenazando boicotear a las sociedades implicadas en el comercio de petróleo iraní, llevaron a otros clientes a reducir sus compras para escapar a las sanciones. 

Quinto comprador de crudo iraní, Turquía que hasta ahora había rechazado aplicar las sanciones económicas occidentales, anunció por su parte una baja de 20% de sus importaciones.   La situación es variable en Asia, que absorbe el 70% de las exportaciones iraníes.  

India, segundo cliente de Irán, anunció para 2012 una reducción de sus compras en un 11%, y Corea del Sur, tercer comprador, bajó en un 40% sus importaciones desde comienzos de año.

Japón, cuarto cliente de Irán, redujo en un 65% sus compras en abril con respecto al año pasado.   Sólo China, principal interlocutor económico de Irán y primer comprador de su petróleo, aumentó sus importaciones después de una baja a comienzos de año.  

Los dirigentes iraníes afirmaron que habían encontrado compradores de substitución, pero sin decir cuáles.   Las sanciones petroleras se suman a un embargo bancario que desde hace 18 meses perturba la recuperación por Teherán de las divisas obtenidas por la venta del petróleo, unos 100 mil millones de dólares en 2011.  

Para dar salida a su crudo, Irán acepta ahora pagos en moneda local e incluso el trueque.   Además de rebajas que pueden llegar de 10 a 20 dólares por barril, según un responsable petrolero europeo, Teherán también habría propuesto entregas con pago diferido, en particular a Pakistán. 

Incluso habría vendido «al detalle» en Asia para dar salida a sus cargamentos, según informaciones circulando en los medios petroleros.  

Paralelamente a este embargo, los aseguradores europeos -que controlan el 90% de los seguros marítimos mundiales- cesarán el primero  de junio la cobertura de los petroleros que transportan crudo iraní, obligando a los países compradores a organizar una garantía soberana para cubrir los riesgos de accidentes o contaminación del mar, como acaba de hacerlo Japón.  

Esta situación es tanto más perjudicial para Teherán cuanto el precio del crudo cayó en junio a menos de 90 dólares el barril, mientras que Irán contaba con un alza más allá de los 150 dólares debido al embargo europeo. 

«El aumento de la producción por otros países, comenzando por Arabia Saudí, permitió evitar que la instalación progresiva del embargo desestabilice los mercados», constató un experto europeo en Teherán. 

«Entre la baja de las exportaciones, las rebajas, los pagos en moneda local y las dificultades para repatriar las divisas, las sanciones comienzan a costar caro a Irán», subrayó.  

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