Sandinistas e Iglesia se reconcilian

Sandinistas e Iglesia se reconcilian

MANAGUA (AFP).- El cardenal Miguel Obando, máximo representante de la iglesia católica de Nicaragua, selló este lunes la reconciliación con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FLSN), con una misa celebrada con motivo del 25 aniversario de la revolución.

   «El perdón ofrecido y aceptado es una premisa indispensable para caminar hacia un paz auténtica y estable (en Nicaragua porque) no se puede permanecer prisionero del pasado», afirmó el cardenal durante la misa, que fue presidida por el nuncio apostólico Jean Paul Gobel y el clero de la Arquidiócesis de Managua.

   Para ello es necesario «realizar una especie de purificación de la memoria, y releer (la historia sandinista) con sentimientos nuevos, aprendiendo de las experiencias sufridas» en el pasado, señaló.

   Por su parte, el líder del FSLN, Daniel Ortega, dijo que «creo que ha sido uno de los mensajes más hermosos y más profundos que hemos escuchado de su eminencia».

   «Siento que es una bendición para el pueblo de Nicaragua, y el camino de reencuentro y convergencia que el FSLN ha emprendido para asegurar un futuro promisorio», indicó.

   Ortega, quien presidió la revolución sandinista de 1979 a 1990, ya había pedido el pasado 15 de julio perdón por los atropellos que su gobierno cometió contra los obispos católicos.

   Frente a miles de nicaragüenses que asistieron a  la misa, Ortega, de 58 años, se persignó y se golpeó el pecho frente al clero católico, en señal de arrepentimiento, para poner fin a 25 años de conflicto.

   El prelado consideró que «todo ser humano abriga en sí la esperanza de poder emprender un camino de vida y no quedar para siempre preso en sus errores y en sus propias culpas».

   Advirtió, sin embargo, que para poder «levantar la mirada hacia el futuro con nuevas perspectivas y compromisos», es necesario que el arrepentimiento sea sincero, de lo contrario  «las heridas continuarán sangrando (y) alimentando en las generaciones futuras un hastío sin fin que es fuente de venganzas y causa de nuevas ruinas».

   En ese sentido, llamó implícitamente al FSLN a aprovechar «las importantes lecciones de las experiencias» que vivió cuando estaba en el poder y luego en la oposición, para no repetir los errores del pasado.

   Además, llamó a utilizar la política de manera inteligente para buscar el bien común con la participación de todos los nicaragüenses, al margen de sus diferencias de ideología.

   «Porque no puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados», criticó Obando en alusión a los altos niveles de pobreza (70%) y desempleo (54%).

   El cardenal también dedicó la misa a la memoria de unos 50.000 nicaragüenses que murieron durante el conflicto militar entre el gobierno sandinista y los grupos de la contrarrevolución, que financió Washington en los años ochenta.

   Ortega, quien lidera el FSLN desde hace 25 años, llegó a la catedral con tres minutos de retraso, acompañado de su esposa Rosario Murillo y sus ocho hijos, así como diputados, funcionarios y dirigentes del partido sandinista.

   Este es el gesto de mayor acercamiento entre el FSLN y la jerarquía católica, luego de que Obando incidió de manera significativa en las derrotas electorales sufridas por el FSLN en los últimos tres procesos electorales.

   Al terminar la misa, asediado por la prensa nacional e internacional, Ortega subió con su esposa al altar para recibir la bendición del cardenal.

   A la ceremonia asistieron más de 2.000 nicaragüenses afines en su mayoría al sandinismo que vestían gorras y pañoletas rojinegras, colores del FSLN, quienes aplaudieron la reconciliación de su partido con la iglesia.

   «Me siento feliz por este acercamiento, vine a la misa para recordar a mi hijo» que murió en 1983 durante una emboscada que la ex contra le hizo al Ejército, relató a la AFP María López, de 68 años.

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