El proceso de saneamiento de la cañada Villa Eloísa, cubierta y convertida en una calle, en el barrio Las Cañitas, Distrito Nacional, saca del encierro a cientos de familias que hasta hace unos días estaban prácticamente presas y para salir debían subir 150 escalones.
Para los estudiantes y personal que labora en la escuela Hogar Pituca Flores, en la orilla del río Ozama, convertir la cañada en calle ha sido lo mejor que ha sucedido en los 20 años que lleva funcionando el centro educativo.
Subir y bajar 150 escalones cada día era una tarea para 350 estudiantes y profesores que pasan todo el día en la escuela Hogar Pituca Flores, pero que solo el esfuerzo por la superación lo permitía.
Bartolina Hernández, maestra del centro, dijo que el saneamiento de la cañada por parte de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd) ha sido el mayor progreso, tras recordar que la cañada era una fuente de contaminación.
Indica que por la cañada Villa Eloísa, corrían los desechos sólidos hacia el río Ozama, desde cientos de hogares ubicados en sus laterales y el hedor se tornaba insoportable para los niños en la escuela.
“Para la escuela, los niños y sus familias que viven en este entorno, el cubrimiento de esta cañada significa el mayor avance para la comunidad, por lo que estaremos siempre agradecidos”, sostiene.
Luisa Castillo, coordinadora de Pituca Flores, define como “un avance extraordinario” la obra que saca a cientos de familias de la contaminación, insalubridad y otros males sociales.
Además de convertir la cañada en vía de acceso hasta el Ozama, las autoridades construyen y reparan varias viviendas, algunas derribadas para dar pasos al saneamiento, pero otras por el mal estado en que se encuentran.
El pasado, Día de la Altagracia, luego de asistir a la misa en la Basílica de Higüey, el presidente Danilo Medina se trasladó a Villa Eloísa para supervisar el avance de los trabajos.