El hallazgo de oficiales y alistados con las manos en la masa, sea por extorsión o por contubernio con traficantes de drogas, es noticia de preocupante frecuencia. Unas veces por mala conducta de algún individuo; y otras por que, agrupados, participen directamente en algún contrabando o lo protejan. Merecen reconocimiento los superiores que oportunamente dan de baja a militares y policías que deshonran el uniforme. Mas es notorio que tal inhabilitación no disuade a otros uniformados para frenar la connivencia con el crimen. Preocupa que la Dirección Nacional de Control de Drogas expulse miembros atribuyéndoles actos condenables sin quedar claro que las instituciones a que regresan procederían judicialmente con ellos.
Además, en no pocas ocasiones, individuos que cometieron graves faltas han logrado realistarse para cometer nuevos crímenes como el que hace poco le costó la vida a un joven y competente coronel de la DNCD. El historial delictivo de cada civil o militar debe preservarse contundentemente del alcance de quienes hacen desaparecer documentos y convierten al Estado en un ente sin memoria, vulnerable a la infiltración. La creación algo reciente de departamentos internos en diferentes cuerpos armados para vigilar comportamientos de sus integrantes no está dando a la sociedad las garantías que necesita. Y por ello existe notable preocupación en muchos ciudadanos que recelan enormemente de las patrullas que a la sombra de la noche interceptan para revisiones a los automovilistas.
Preocupación por el café criollo
Para muchos dominicanos ha debido ser una decepcionante sorpresa el saber que el 60% del café que se consume en el país viene del exterior. Que solo a medias vale sentirse orgulloso de que el aromático grano de la infusión más tradicional es de total factura local, lo que permitía que al tomarlo evocáramos acogedoras campiñas de estos lares. Cabe suponer que al ser República Dominicana una exportadora, los granos que mandamos al exterior son los mejores y que es esa exportación la que la ha convertido en importadora.
Otra mala nueva que tiene que ver con nuestra estimulante bebida, compañera inseparable en hogares y reuniones: la Roya es la enfermedad que más daños causa a la siembra de café y hay quienes ponen en duda el futuro del cultivo. Urge que el Gobierno diga lo que hará para cambiar este panorama.