Sanear Yaque del Norte

<p>Sanear Yaque del Norte</p>

UBI RIVAS
Sanear el ex-río Yaque del Norte ha debido consistir una prioridad número 1-A de todos los gobiernos post-Trujillo, y ninguno, de los tres partidos políticos que accionan el sistema, ha conjurado el gravísimo problema de contaminación deplorable de lo que fuera nuestro principal caudal hídrico.

En el último tramo de la Era Balaguer, el gobernante amagó con restaurar la polución letal que hace imposible todo vestigio ictícola en el curso de agua de Yaque del Norte, y cuando el entonces coronel EN Pedro de Jesús Candelier se desempeñó como titular de Foresta, inició una batida contra los desalmados que matan el plancton del curso del agua del que fuera el Nilo dominicano hasta la primera mitad de la centuria pasada.

El coronel Candelier, más impulsivo que reflexivo, más represivo que planificador, inició la batida contra quienes abaten la potabilidad de Yaque del Norte y obligó a las empresas industriales que vuelcan enormes cantidades de químicos a temperaturas altísimas en el lecho del curso del agua, a dotarse de plantas de tratamientos, que luego resultaron como todo en el país, siendo abandonadas por sus adquirientes, y, posición anterior.

Recuerdo que en una ocasión el coronel Candelier, orondo, me invitó a observar, a vuelo de helicóptero, la notoria claridad que presentaba Yaque del Norte a su paso por Santiago de los Caballeros, y el durísimo director Forestal me reconvino: “Para que veas, que cuando se quiere, se puede”.

Pero no se ha querido más y en consecuencia, tampoco podido, y los industriales santiaguenses prosiguieron envenenando y matando toda manifestación de vida acuática en el lecho de Yaque del Norte.

El día cinco del presente mes de febrero, la Secretaría de Medio Ambiente dispuso la clausura de la curtidora de pieles Bermúdez Industrial, que como Industrias Bojos, Hoyo de Lima Industrial, Cementos Cibao y otras firmas más, vuelcan cantidades impresionantes y condenables de tóxicos al lecho de Yaque del Norte y la esperanza de todo el país, sobre todo de los santiaguenses, es que no se eche para atrás la medida por tráfico de influencias que en Santiago de los Caballeros, sin mencionar su nombre, tiene a su mayor referencia.

Medio Ambiente debe proseguir su acción, iniciada contra Tenería Bermúdez, con las otras mencionadas y algunas más que en el instante no preciso, pero que MA conoce, instándole, luego de clausurarlas a todas, dotarse de plantas de tratamiento, no de un plazo para que la instalen y prosigan envenenando Yaque del Norte, porque de ser así, entonces es un relajo y no se vale.

El asunto es sencillo, ó planta, ó clausura indefinida, y como el amor y el interés fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que le tenía, todos apreciarán, si es que el titular de MA no se apichona, que Yaque del Norte será restaurado a su paso crucial y letal por la Ciudad Corazón.

La segunda etapa de Yaque del Norte para su restauración, es adoptar una actitud similar a la de Tenería Bermúdez, con los munícipes de Jarabacoa, que empiezan allí a polucionar Yaque del Norte, que hasta llegar a la llamada Ciudad de la Eterna Primavera, discurre límpido, claro, potable, desde su nacimiento en La Pelona, pero los jarabacoenses, que debieran imitar en pulcritud a los banilejos, que no permiten en ninguna esquina un buhonero agrediendo el ornato, lanzan toda suerte de porquerías al lecho hasta allí incontaminado del Yaque del Norte.

¿Miento?. ¿Soy un embustero en todo cuanto preciso aquí y que estoy en condiciones de repetir a cada uno de los que matan Yaque del Norte, personalmente?

No son los gobernantes que tienen que accionar para beneficiar a sus pueblos, sino sus ministros, secundadores, seguidores, funcionarios, porque ningún gobernante puede hacerlo todo, ningún hombre puede hacerlo todo, porque no hay un solo hombre sin hombres.

¡Adelante, Max Puig, no se apichone y restaure Yaque del Norte!

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