Sangre, sudor y palmas para el fútbol brasileño

Sangre, sudor y palmas para el fútbol brasileño

RIO DE JANEIRO. (AFP). – La selección brasileña terminó el año 2005 ganando las eliminatorias sudamericanas en la recta final y consiguió su objetivo primario, clasificar al Mundial de Alemania-2006, con el broche de oro del liderato sobre su archirrival Argentina.

Los brasileños, pentacampeones del mundo, estuvieron corriendo detrás de los argentinos toda las eliminatorias y dieron el zarpazo que los dejó primeros tras vencer 3-0 en casa a Venezuela, en la decimoctava y última fecha, cuando los albicelestes cayeron 1-0 ante Uruguay.

Sin embargo, el camino para alcanzar su meta no fue fácil y el complicado nudo se desató recién en las últimas fechas, cuando Brasil halló la ‘formula’ mágica, un esquema ofensiva aplanador que el técnico Carlos Parreira aplicó bajo fuerte presión de los hinchas y la prensa, apelando a todas sus ‘estrellas’.

«Estas eliminatorias fueron la primera etapa a ser superada. No tuvimos desempeño excepcional en el torneo pero nos fue bien», dijo Parreira al final del pre-mundial. Brasil sumó 34 puntos en 18 juegos, igual que Argentina pero con mejor saldo de goles (+15 contra +13).

La alineación del denominado ‘cuadrado mágico’ montado por ‘el profesor’ Parreira fue la redención con la ‘torcida’ y la mordaza para los más feroces críticos del timonel, que comenzó bajo abucheos continuos de «burro, burro» y se despidió con reconocimiento y aplausos.

El ‘Scratch’ empleó en buena parte de la justa un esquema 4-3-1-2, luego cambió para acabar en el ‘cuadrado’ con el mejor jugador del 2005, Ronaldinho Gaúcho (FC Barcelona), y Kaká (AC Milan) como enlaces y dos puntas -Ronaldo (Real Madrid) y Adriano (Inter de Milán)-, alternando Robinho (Real)—

«No veo por que cambiar este esquema con dos volantes en el medio para iniciar el Mundial», adelantó Parreira, cuyo once acabó como el más goleador (32).

Para llegar a la dosis exacta que ‘envenenó’ rivales, incluso ganando entre medio la Copa Confederaciones de Alemania con goleada 4-1 ante Argentina, Brasil debió sobreponerse a diversos traspiés. El debut fue con sonrisa por triunfo 2-1 en visita a Colombia, en setiembre de 2003, a la que siguió un magro 1-0 sobre Ecuador, en Manaos, que despertó críticas.

Los siguientes tres duelos fueron empates con diferentes matices: Brasil robó un punto en Lima ante Perú (1-1), luego perdió puntos que Parreira lamenta hasta hoy al igualar 3-3 con Uruguay tras ir ganando 2-0 el primer tiempo, y el siguiente fue de visitante ante Paraguay (0-0).

El cambio de pisada para la ‘Seleçao’ llegó en junio de 2004, con triunfo 3-1 de local en la sexta fecha en el clásico ante Argentina, pero días después sufrió para lograr un 1-1 con Chile en Santiago.

En la octava fecha ganó sin mucha luz ante Bolivia en casa (3-1). Enseguida, Brasil ratificó su irregularidad, al despertar goleando 5-2 a Venezuela; cosechó un pobre empate 0-0 en casa con Colombia y perdió 1-0 con Ecuador.

Ya en 2005, Brasil continuó con altibajos. Entre el 30 de marzo y 8 de junio, tuvo a tres de sus clásicos y más fieros adversarios —decimotercera a decimoquinta fecha— en pelea por puntos vitales: Uruguay, Paraguay y Argentina.

Ante Uruguay, en Montevideo, Brasil sufrió para sacar un empate 1-1 que llegó con un gol en posición adelantada del volante Emerson. Enseguida vino Paraguay y fue una fiesta: una goleada 4-1 en Porto Alegre con ‘show’ auriverde.

Pero a la sonrisa siguió la bofetada porque Argentina no le perdonó y un once ‘canarinho’ desconocido sucumbió 3-1, e incluso sacó barata la ofensa porque los ‘hermanos’ no acertaron en la definición tras ir ganando 3-0.

Sin embargo, Brasil demostró que tenía estrellas para salir del pozo y vapuleó 5-0 a Chile, con brillo del ‘Emperador’ Adriano, que rompió la red tres veces, y gran faena de Ronaldinho Gaúcho y Robinho.

Un empate 1-1 ante Bolivia en la siempre difícil altura de La Paz marcó un paréntesis ya que Parreira optó por prescindir de la mayoría de sus titulares.

El cierre fue ante una Venezuela, que dejó de ser la ‘cenicienta’ sudamericana pero ya estaba eliminada, a la que superaron a media máquina, con la vuelta del ‘Fenómeno’ Ronaldo al marcador luego de un año de ‘sequía’.

Hoy Brasil tiene un nuevo objetivo: alcanzar el ‘Hexa’, el sexto título mundial que lo ratificaría como rey supremo del fútbol.

«Es la primera vez que la selección brasileña llega a una Copa del Mundo como actual campeón y como favorito al mismo tiempo», subrayó Parreira, para luego advertir: «No hay nada ganado antes, nunca».

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