Sangrienta revuelta chiíta deja 126 muertos; EU la minimiza

Sangrienta revuelta chiíta deja 126 muertos; EU la minimiza

BAGDAD (AFP).- La sangrienta revuelta de los seguidores del jefe radical chiíta Moqtada Sadr contra la coalición en Irak proseguía este martes, con un balance desde el domingo de al menos 126 muertos, mientras Estados Unidos trataba de minimizarla y la comunidad internacional expresaba su preocupación.

Al menos 106 iraquíes y 20 soldados de la coalición (18 estadounidenses, un salvadoreño y un ucraniano) murieron y unas 500 personas resultaron heridas en los dos últimos días en esos enfrentamientos. Los disturbios que sacuden Bagdad y otras ciudades del país son los más mortíferos desde la caída del régimen de Saddam Hussein el 9 de abril de 2003.

Los enfrentamientos entre milicianos chiítas y tropas estadounidenses más graves tuvieron lugar en Sadr City, un barrio desfavorecido de la periferia noreste de Bagdad, con al menos 57 muertos.

Pero también hubo mortales enfrentamientos en Nasiriya (375 km al sureste de Bagdad) y en la cercana Amara, donde los milicianos se enfrentaron a soldados británicos e italianos, así como en Kut (180 km al sur de Bagdad), donde el martes murió en combate un soldado ucraniano y otros cinco resultaron heridos.

Kiev desmintió que en Kut, donde están radicados los 1.600 soldados ucranianos, haya caído bajo control de las milicias chiítas, como aseguró a la AFP un teniente iraquí testigo de los hechos.

Tres soldados polacos y dos búlgaros resultaron heridos el martes en Kerbala (centro). En Nasiriya, doce carabineros italianos fueron heridos, un chofer búlgaro murió y se reanudaron los combates el martes por la noche, tras un alto el fuego de dos horas de las milicas de Sadr, con la que pretendían permitir a los soldados italianos abandonar la ciudad.

En Basora, la gran ciudad chiíta del sur del país, por el contrario se alcanzó un acuerdo entre la coalición y los partidarios de Moqtada Sadr, por el que se hizo pasar la ciudad bajo control de la policía iraquí, declaró a la AFP el representante del movimiento Sadr en la ciudad, jeque Salem Adel Saleh. Un periodista de la AFP comprobó que la policía patrullaba y no se veía ningún miliciano armado el martes.

Pero según las autoridades británicas, la situación seguía siendo tensa en Basora y seis militares británicos resultaron heridos en 48 horas.

Fue la detención el sábado de Mustafá Yaacubi, el jefe de la oficina de Moqtada Sadr en Nayaf, implicado según la coalición en el asesinato de un jefe chiíta liberal hace un año, lo que desató los disturbios.

El administrador estadounidense en Irak Paul Bremer rechazó tanto la idea de una «insurrección» chiíta como la de comparar Irak con Vietnam, algo «muy exagerado» y «totalmente inapropiado» en su opinión. Responsabilizó de estos hechos a la «milicia ilegal» del jefe chiíta radical.

Por su parte, el presidente estadounidense George W. Bush reiteró que el objetivo de Estados Unidos es detener a Moqtada Sadr, contra el que pesa una orden de detención.

En un comunicado, el joven líder chiíta anunció que había abandonado la mezquita de Kufa, donde se había atrincherado, «para evitar un derramamiento de sangre» aunque denunció «las agresiones cometidas por el ocupante infiel contra los civiles».

El primer ministro británico Tony Blair lo calificó de «fanático» y pidió firmeza asegurando que no hay «lugar alguno para las milicias armadas en Irak».

Según fuentes chiítas, se llevaron a cabo varios intentos de mediación entre Moqtada Sadr y la coalición, que no dieron resultado.

Por su parte, el ejército estadounidense prosiguió el martes su operación contra la guerrilla sunita al oeste de Bagdad y en particular en Faluja, donde el miércoles pasado fueron asesinados cuatro civiles estadounidenses.

En previsión de un deterioro de la situación, el jefe del mando central estadounidense (Centcom), el general John Abizaid, pidió a sus comandantes que definan varias opciones militares.

Pero el secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, precisó el martes que los comandantes no habían pedido «por el momento» tropas adicionales.

Italia, Holanda, Eslovaquia y Polonia, como ya hicieron Portugal, Salvador y Honduras, afirmaron el martes que mantendrían sus tropas pese a los enfrentamientos.

Rusia pidió una vez más el martes que se convoque una conferencia internacional bajo la tutela de la ONU, una propuesta respaldada por Francia.

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