Sangriento atentado explosivo contra ex ministro sacude a Bogotá

Sangriento atentado explosivo contra ex ministro sacude a Bogotá

BOGOTÁ (AFP) – El sangriento atentado contra el ex ministro del Interior Fernando Londoño, que el martes dejó cinco muertos y 17 heridos en Bogotá, aunque el político está fuera de peligro, causaba consternación en los colombianos y prudencia entre las autoridades que aún no señalan un culpable.

El atentado con explosivos ocurrió poco después de las 11H00 locales (16H00 GMT) en la avenida Caracas con calle 74, una zona muy transitada del norte de Bogotá, justo el día en que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y cuando el Congreso debate un polémico proyecto de marco jurídico para la paz.

El presidente Juan Manuel Santos canceló un viaje a Cartagena (norte), donde debía participar en un acto por el inicio del TLC, y en cambio participó de un consejo de seguridad al final de la tarde en el palacio presidencial.

«No sabemos quién está detrás del atentado. No es el primer caso de terrorismo que hemos sufrido, infortunadamente el país ha sufrido muchos hechos de terrorismo», dijo Santos al terminar esa reunión.

«Todo el Estado luchará contra todas las modalidades del terrorismo», prometió el mandatario.

Poco antes, el ministro de la Defensa Juan Carlos Pinzón había declarado que «todo esto está en análisis y cuando tengamos hipótesis concretas las daremos a conocer», afirmó al ser preguntado sobre si pensaba que pudo ser la guerrilla comunista FARC.

Londoño, de 67 años, fue el primer ministro del Interior del ex presidente Alvaro Uribe (2002-2010), y es reconocido por sus posturas muy conservadoras.

El ex ministro fue hospitalizado aunque se encuentra fuera de peligro, pero su conductor y uno de sus escoltas murieron en el ataque.

El elevado número de víctimas y el hecho de que se haya atacado en pleno día en Bogotá a una personalidad política era fuente de angustia.

«Hacía más de 20 años, desde el asesinato (del candidato liberal) Luis Carlos Galán, que no veíamos un atentado contra una personalidad política», señaló a la AFP el politólogo Fernando Giraldo, de la Universidad Javeriana, al subrayar que el hecho «apunta a crear un ambiente negativo para el presidente Santos».

El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, sostuvo que se trató de una «acción planificada desde hace mucho tiempo».

«El ex ministro usaba esa ruta con frecuencia y la operación fue prácticamente cronometrada, lo que significa que estamos ante una organización que planificó, que se mueve con mucho apoyo logístico dentro de la ciudad», dijo Petro.

Al parecer, el estallido se produjo cuando varios vehículos estaban esperando la luz verde en ese cruce, dijo un testigo a la AFP.

Media docena de vehículos resultaron incinerados por la explosión, incluido un pequeño autobús público cuyo techo se desprendió, comprobaron periodistas de la AFP en el lugar.

El ex presidente Uribe, que ha cuestionado lo que considera un relajamiento de su dura política de seguridad, aseveró que la modalidad del atentado corresponde a la de la columna móvil Teófilo Forero, de las FARC, y pidió «ojalá el país conociera con certeza rápidamente el veredicto de las autoridades porque es un atentado elaborado con todas la sofisticación terrorista».

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, condenó lo que calificó de «Crimen deleznable» y dijo que «el pueblo colombiano no merece este dolor», en un comunicado desde Washington.

Todd Howland, representante en Colombia de la alta comisonada de la ONU para los derechos humanos, repudió el ataque y se solidarizó con las víctimas y sus familias.

Horas antes la policía informó que había desmantelado un coche bomba cargado con 38 kilos de explosivos y dos de metralla, en una zona del sur de Bogotá, que según las autoridades habría sido colocado por las FARC, aunque Santos descartó por ahora que ambos hechos estén relacionados.

El 12 de agosto de 2010, dos días después de la investidura presidencial de Santos, un coche bomba estalló de madrugada también en el norte de Bogotá, dejando nueve heridos leves y algunos daños materiales.

Ese ataque fue atribuido a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la principal de Colombia, con unos 9.200 combatientes.

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