Santa Claus: una leyenda mágica

Santa Claus: una leyenda mágica

POR MIRFAK ROWLAND
La Navidad se caracteriza por poseer innumerables elementos que, con el paso de los años, se mantienen inalterables. Santa Claus es uno de ellos. Este personaje ha mantenido por siglos la esencia de la Navidad y, con su presencia, unifica culturas y tradiciones, hasta convertir las fiestas de Pascuas en una celebración colorida y especial.

Pero, aunque todos hemos escuchado hablar de este personaje y lo vemos presentes en todas las manifestaciones que distinguen estas fechas, muchos no conocen el origen de Santa Claus.

Santa Claus: un eterno símbolo de la Navidad

La leyenda de Santa Claus es muy antigua y dioses ancestrales como Odin, Thor y Saturno, de la mitología escandinava, los primeros, y el último de la mitología latina, son posibles influencias. Sin embargo, según datos históricos, quien verdaderamente contribuye a la formación de su leyenda es una persona real, el obispo San Nicolás de Myra, del siglo IV.

 La bondad y generosidad de este obispo para con los demás, fueron sus cualidades más notables. Aparentemente, todo se originó con la historia de tres doncellas pobres, que no tenían dote para casarse. Su padre por causa de la desesperación, estaba a punto de vender a una de sus hijas como esclava para conseguir el dinero necesario para que las otras dos se casaran.

Cuando el obispo se enteró de la desgracia de esta familia, en silencio, en la noche, y por la ventana abierta de la casa de las jóvenes echó tres bolsas llenas de oro. Por casualidad, éstas entraron en las medias de las muchachas. Así nació la historia de que un ser bondadoso daba regalos y los dejaba en las medias de todos.

Más adelante, los grupos más marginados y más necesitados de Myra, como los huérfanos y los marineros hicieron a San Nicolás su santo patrono, pues su bondad se había vuelto ya reconocida. Muchos pronto buscaban en este buen obispo la protección y la guía que les hacía falta. Y pronto la leyenda se extendió por todo el norte de Europa. Rusia y Grecia también lo convirtieron en su patrono, así como los niños, los estudiantes, e incluso los ladrones.

De esta manera, San Nicolás fue tomando dimensiones míticas, y ahora era un santo que premiaba las buenas acciones y castigaba las malas. Después de su muerte, en un 6 de diciembre, se siguió celebrando esa fecha, y así surgió aparentemente la Navidad medieval. Ese día, todos sacaban comida para el santo y paja para sus caballos, y a la mañana siguiente, los niños obedientes encontraban que la comida y la paja habían sido intercambiados por lindos juguetes y regalos.

Fue entonces, cuando se originó verdaderamente la costumbre de intercambiar regalos en nombre de la fraternidad y la solidaridad.

En la actualidad, este personaje sigue formando parte de las costumbres y tradiciones navideñas, hasta el punto de que se sigue utilizando su imagen y se elaboran Santa Claus en diversos materiales como el metal, plástico, cerámica, porcelana y demás. También, se le atribuyen diversas facetas, ya sea montando bicicleta, dirigiendo un trineo, bailando, saludando, etcétera.

Además, este protagonista de la Navidad se utiliza como elemento decorativo, sirviendo de adorno para las puertas de casas y comercios, decorando los arbolitos y se dibuja, pega o borda en hermosos manteles, alfombras y cortinas.

 Sin lugar a dudas, las fiestas de Pascua encierran un mundo de fantasía y color, pero no serían las mismas si en algún rinconcito del hogar no se le regala un espacio a este personaje mágico y mítico llamado Santa Claus.

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