La deuda del Banco Central, la cual es cubierta por el Estado, ha seguido creciendo cada año, pero con el agravante de que su existencia dificulta luchar contra la pobreza, afirmó el economista, Isidoro Santana.
Explicó que teniendo un Banco Central que es el órgano emisor y gendarme de la política monetaria, pero al mismo tiempo, órgano emisor de deuda pública, está obligado, por su propio interés, a mantener altas tasas de interés real y una tasa de cambio sobrevaluada, como una forma de garantizar la permanente entrada de capitales al país y, de paso, atraerlos a su seno.
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“Cualquier intento de inversionistas para captar los capitales requeridos para inversiones productivas, obliga al Banco Central a responder con tasas de interés más altas y restricciones al mercado financiero”, escribió Santana en el prólogo del libro Develando Trampas de Julio Cross.
Resaltó que en esas condiciones, no hay empresa productiva que pueda competir bien, a no ser manteniendo bajos salarios y eludiendo pagar impuestos, sea evadiéndolos o procurándose exoneraciones fiscales, al tiempo que se erige en obstáculo insalvable para mejorar la competitividad de la industria y la agricultura, elevar el empleo formal, incrementar salarios reales y reducir la pobreza. La utilización de mano de obra inmigrante eludiendo responsabilidades sociales se ha impuesto como condición de sobrevivencia.
“Como buen dominicano, el autor utiliza le jerga del beisbol para definir cómo el arte de atraer capitales para sostener el tipo de cambio, es lo que convierte a las autoridades del Banco Central en “los MVP’s (jugadores más valiosos) de todos los gobiernos”, siempre con la expectativa de que el sunami le caiga al próximo que venga, como ya ocurrió en el 2003”, indicó.