Durante el período 1990-2010 la economía dominicana se caracterizó por una fuerte pérdida de competitividad internacional, un incremento en la absorción de la fuerza laboral por el sector informal, baja de los salarios reales, ninguna mejoría en los servicios públicos ni en los índices de pobreza y una extrema desconfianza en el estado y sus instituciones por parte de la población.
Así lo afirmó el economista Isidoro Santana, al analizar la Evolución de la Economía Dominicana durante ese período, en un Seminario organizado por la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Santana dijo que en la primera década de este siglo en el país no hay modelo económico definido.
Resaltó que luego de la crisis de la deuda externa que afectó mucho a América Latina y al país, y que dio lugar a la llamada década perdida en los años 80, floreció en la República Dominicana un nuevo modelo económico de zona franca y turismo que permitió el crecimiento económico muy desequilibrado en la década de los 90.
Características. Dijo que el primer rasgo fundamental de ese modelo económico fue una tendencia a la sobre-evaluación de la tasa de cambio.
Señaló que desde los inicios de 1990 el índice de precios al consumidor, indicativo de la inflación acumulada, ha sido de un 466%. Sin embargo la tasa de cambio no se ha venido ajustando.
Agregó que en esa década la tasa de cambio subió ligeramente y que se disparó a partir de 2003 con la crisis de Baninter.
Aunque volvió a bajar (ahora se cotiza a RD$37.80 por US$1.00) registra un aumento acumulado de 198 por ciento.
Eso, dijo, abrió una brecha demasiado grande entre la inflación y la tasa de cambio y la República Dominicana pasó a ser un país extremadamente caro cuando se hacen las comparaciones internacionales, porque los precios subieron mucho pero no el dólar en la misma dimensión.
Agregó que otra característica del modelo zona franca y turismo es el persistente desequilibrio del sector externo, lo que impide que la economía mantenga su normalidad si no está absorviendo capitales del exterior.
Afirmó que la depreciación de la tasa de cambio a largo plazo obedece básicamente a que en el mercado de divisas hay una fuente de oferta que no necesita competir porque no tiene costo de producción, que son las remesas.
Incapacidad ahorros. El economista e investigador dijo que otra características del modelo actual es que el país no acumula reservas, por lo que tiene que financiar su inversión básicamente con ahorro externo.
Señaló que el coeficiente de inversión en República Dominicana no llega al 20% del PIB, el ahorro total de la economía es de un 7% del PIB, y que el crecimiento de la economía se ha concentrado en los últimos 20 años en los sectores no transables como son el transporte interno de pasajeros, la construcción y el comercio, los cuales dijo, han aportado el 84 por ciento del crecimiento acumulado del PIB en la primera década de este siglo.
Afirmó que eso se refuerza porque los flujos de ahorro no se canalizan a la producción sino al consumo, el crédito bancario no va a las actividades productivas y el propio Banco Central está chupándose los ahorros de las pensiones, que son los más estables de la economía.
Congruente con todo eso, el crecimiento económico en estos últimos 20 años es muy desequilibrado, puntualizó.