SANTIAGO. Los restos del obispo emérito de Santiago monseñor Roque Antonio Adames Rodríguez, fallecido el sábado 31 de octubre, fueron sepultados ayer de manera provisional en una tumba de la Iglesia Nuestra Señora de La Anunciación, ubicada en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).

Al sepelio asistieron obispos, sacerdotes, diáconos, presidentes de asambleas, laicos, empresarios, políticos, funcionarios y autoridades civiles,  policiales y militares, así como decenas de creyentes que acudieron al templo para darle el último adiós.

Al pronunciar la homilía de la misa, el arzobispo de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, definió a Roque Adames como el pastor, el amigo y el intelectual que sirvió  a la patria y a la iglesia con grandes valores cristianos.

Afirmó que monseñor Roque Adames dejó grandes obras dentro y fuera de la iglesia y que  fue el creador de los presidentes de asambleas, del coro arquidiocesano, los diáconos permanentes y los catequistas del periódico católico Camino.

Además, destacó entre sus obras fuera de la iglesia su participación en el Plan Sierra y en el  Plan Estratégico de Santiago, en la Asociación Para el Desarrollo  y en el Instituto de Cultura y Arte, entre otras.

De la Rosa y Carpio sostuvo que los medios de comunicación escritos, radiales, televisivos y de internet han escrito mucho sobre las bondades, las obras y el espíritu de servicio de ese gran hombre y resaltó que cuatro de los principales periódicos impresos del país, incluido  este  matutino, dedicaron sus editoriales al fenecido obispo.

En la misa de cuerpo presente el nuncio apostólico en el país, monseñor Józef Wesolowski, leyó un mensaje de condolencias que el Papa Benedicto XVI envió a la familia de Roque Adames, a la comunidad católica y al pueblo dominicano.

“El Sumo Pontífice Benedicto XVI desea poder llegar el profundo sentimiento de pesar a sus familiares, así como ustedes, fuimos testigos de su fecundo ministerio pastoral en este país en particular”, dice el mensaje del Papa leído por el nuncio apostólico. Wesolowski afirmó que en esta dolorosa circunstancia, el Papa, invocando la maternal María Santísima, le otorga el afecto y  la bendición apostólica, como un signo de fe y esperanza en el Señor resucitado.

La primera lectura del evangelio fue leída por el diácono Santiago Guzmán, de Moca, uno de los primeros tres diáconos permanentes ordenados por monseñor Roque Adames en 1969.

Los restos del obispo llegaron a la capilla la Anunciación desde la funeraria Blandino a las nueve de la mañana. Una hora después,  De la Rosa y Carpio, acompañado de otros obispos y del nuncio apostólico, ofreció una misa exequial.

Resaltó que cada obispo escoge su lema en la vida y el de Roque Adames fue “no he venido a ser servido, sino a servir”. 

Alta representación

En la misa de cuerpo presente del obispo emérito Roque Antonio Adames estuvieron monseñor Nicanor Peña, de La Altagracia; Rafael Felipe, de Barahona; Freddy Bretón, de Peravia; Pablo Cedano, obispo auxiliar de Santo Domingo; Valentín Reynoso, auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago, y Juan Antonio Flores Santana, obispo emérito de Santiago. Además, monseñor Benito Ángeles y Agripino Núñez Collado.

Orlando Jorge Mera

Debemos sentirnos orgullosos de su legado, y particularmente por sus virtudes como su humildad y solidaridad, no sólo por Santiago, sino por todo el país”.

Núñez Collado

Monseñor Roque Adames  debe estar satisfecho. Muchas personas han valorado sus obras en agradecimiento y cariño por todo lo que hizo”.