Santiago falla en controlar mortalidad infantil y materna

Santiago falla en controlar mortalidad infantil y materna

En planificación estratégica sabemos que cuando la cantidad de partos acontecidos en un territorio ocurre dentro de instituciones de servicios de salud, la mortalidad infantil y materna se reduce drásticamente. En amplios hospitales públicos y modernas clínicas privadas santiagueros acontece más del 95% de los partos, sin embargo las mortalidades en niños y mujeres embarazadas aun no se han reducido como podríamos esperar.
La estrategia 2010-2020 de lograr un Santiago incluyente, cultural saludable en materia de mortalidad infantil y materna no podrá alcanzarse. Al 2010 Santiago acumulaba una mortalidad infantil de 23 defunciones de menores de 1 año por cada mil nacidos vivos. En la provincia Santiago, fallecían cada año alrededor de 450 niños, de los cuales más del 80% se concentraba en la ciudad de Santiago. Con la mortalidad materna sucede lo mismo. En 2010 fallecían en Santiago 116 mujeres por cada 100 mil nacimientos.
La línea basal 2020 del Plan Estratégico revela que ambos indicadores debían estar muy reducidos, pero no es así. Al año 2020, la mortalidad infantil debía estar en apenas 12 niños fallecidos por 1,000 nacidos vivos, asimismo la mortalidad materna en apenas 50 fallecidos por 100 mil.
En 2018 la mortalidad infantil promedio se encuentra en 21.4 por mil y la mortalidad materna en 104 mujeres embarazadas fallecidas por 100 mil nacimientos. Estos datos se obtienen del documento Situación de Salud en América con104 indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Datos valorables en la plataforma de información (PLISA) cliqueada en www.paho.org/plisa.
En relación a niños que fallecen, la crisis es de mortalidad neonatal; o sea aquella que acontece en los primeros 28 días de nacidos. También afecta la mortalidad perinatal, que es cuando el fallecimiento sucede desde las 28 semanas de embarazo hasta la primera semana. Hemos reducido la mortalidad infantil (menores de 5 años), pero la incapacidad para reducir la mortalidad neonatal y la mortalidad perinatal, nos aporta un infame problema para la salud pública dominicana.
La crisis de mortalidad en mujeres embarazadas y niños se incluirá en el nuevo Plan Estratégico 2030 vía un pacto con el Ministerio de Salud. Las mujeres que se embarazan fallecen por tres causas. Hemorragias mal atendidas y provocadas por síndromes hemorrágicos del embarazo y abortos irregulares. También fallecen por infecciones acontecidas por abortos realizados de forma irregular y malas prácticas médicas. No menos importante es la eclampsia, que es un cuadro de hipertensión arterial, edema y proteinuria que se complica con convulsiones, coma y muerte durante el embarazo de una mujer después de las 20 semanas de gestación, durante el parto o a los 40 días después del parto. Muertes que no se relacionan con problemas neurológicos previos.

Es un hecho, la mortalidad infantil y materna es prevenible en casi en 100%.Todos debemos alinearnos en un programa piloto denominado “Salvemos la vida de niños y mujeres de Santiago”.

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