El funcionamiento exitoso de un laboratorio de electrofisiología en el que se diagnostica y trata los problemas del sistema eléctrico del corazón, está proyectando positivamente a la ciudad  de Santiago en el sector cardiológico de la región del Caribe.

En el laboratorio, ubicado en el Centro de Intervenciones Cardiovasculares (Cenicardio), con sede en la clínica Unión Médica del Norte, de Santiago, se realiza el procedimiento de  ablación con el que se estudia y corrige los defectos en el corazón  causantes de taquicardias o arritmias y fibrilación auricular, que tienen riesgos de embolia y muerte. El término arritmia engloba todas las alteraciones del ritmo cardiaco normal, que debe estar entre 60 y 100 latidos regulares por minuto en reposo. Cuando la frecuencia es anormalmente alta se llama taquicardia y cuando está  baja se le denomina bradicardia.

La variación de la frecuencia cardiaca es algo habitual y normalmente inofensivo que ocurre en gente sana con el ejercicio físico,  las emociones, el estrés o consumo de alcohol y cafeína en exceso.

Pero también hay arritmias potencialmente mortales que precisan tratamiento cuando dan síntomas (palpitaciones, mareos o pérdida de conocimiento). En los casos más graves, la utilidad de los medicamentos es muy limitada y en muchos casos las alteraciones del ritmo cardíaco se deben a que los  impulsos eléctricos siguen trayectos (cables celulares) anómalos o hay bloqueos en la transmisión.

El doctor David Hernández, director de Cenicardio, explicó que en el laboratorio de electrofisiología se hace el estudio al paciente para determinar la forma en que funciona el sistema eléctrico del corazón y la causa real de la arritmia y, si es necesario, se hace el tratamiento de corrección sin bisturí –conocido como ablación- que consigue una curación aproximada al 90 por ciento.

Con catéteres.  Precisó que tanto el estudio como el tratamiento se hacen introduciendo catéteres por una arteria de la ingle o de la clavícula, los cuales se llevan hasta las cavidades del corazón mediante la visualización directa empleando los rayos X. En el caso de que se deba a cables celulares anómalos, éstos son eliminados o bloqueados utilizando los mismos catéteres. Aclaró que la aplicación de energía de radiofrecuencia no es dolorosa y es curativa y que el procedimiento se hace con el paciente sedado y catéteres de espesor inferior a 2 milímetros,  auxiliándose de  equipos computarizados y haciendo una especie de mapa de la actividad eléctrica del corazón. Añadió que “para entender qué es la electrofisiología, es necesario ver el corazón como un órgano que realiza su función de bomba  sanguínea  gracias al sistema de energía y eléctrico propio que posee, con generadores eléctricos (los llamados nodos Sinoatrial y Atrioventricular) que dan impulsos que lo animan y lo hacen latir e impulsar la sangre”.