Por SANTIAGO GONZALEZ ANSELMO SILVERIO Y NARCISO PÉREZ
SANTIAGO.- Decenas de personas marcharon ayer tarde por varias calles reclamando de las autoridades policiales, judiciales y hasta al Presidente de la República “frenar la ola criminal y delictiva” que abate a amplios sectores de la vida nacional.

“La vida por un celular. Reclamamos el derecho de vivir. No más atracos. No más crímenes en República Dominicana”, rezaban algunas de las pancartas, afiches y cruza-calles que portaron los manifestantes, quienes culminaron la caminata en la funeraria Blandino, donde son velados desde ayer los restos de Vanessa Ramírez Faña, la estudiante  de medicina ultimada a tiros por desconocidos en las proximidades de su residencia, en Cerro Hermoso.

La sociedad de Santiago ha reaccionado indignada. La clase médica de esta ciudad se unió al dolor a que ha sido sometida esta sociedad por el asesinato de Vanessa, hija de una pareja de profesionales de la medicina de aquí, y apelaron a las autoridades para que utilicen los recursos humanos y técnicos que sean necesarios para combatir el crimen y el delito que, según dicen, ha cobrado fuerza en todo el territorio nacional.

Los doctores Francisco Bencosme, Rafael Estévez y Daniel Rivera, ex directores del hospital regional universitario José María Cabral y Báez, coincidieron en  señalar que ahora nadie está exento de caer víctima de los criminales.

Mientras, la Policía puso al frente de las investigaciones al general José Polanco Gómez, encargado de Investigaciones Criminales para las indagatorias.

El velatorio de la joven Vanesa Ramírez Faña, de 18 años de edad, se realizaba ayer en forma con la asistencia de gran publica que iba a presentar condolencias a los familiares, quienes informaron oficialmente que su sepelio será realizado hoy en la tarde en el cementerio de la calle 30 de marzo. Los galenos que manifestaron indignación por el crimen, dijeron que una sociedad no puede vivir de espaldas a este grave problema de la violencia.

Francisco Bencosme dijo que urge que se proceda a la profundización de la depuración del cuerpo policial y advirtió que para nadie es un secreto que sectores dentro de la policía actúan y son cómplices de muchos crímenes que se cometen en esta sociedad. Además, sugirió que los organismos judiciales sean también depurados y que los cargos estén representados por jueces dignos y serios que ejerzan su labor con transparencia.

Por otro lado, Rafael  Estévez estimó que las autoridades deben de tomar más en serio ahora la situación de inseguridad que envuelve a Santiago y otros pueblos del país y advirtió que parece que los proyectos desplegados actualmente no son suficientes para y abogó porque se tomen otras medias más drásticas.

“Nosotros mismos estamos a expensas de este tipo de personas que no tiene nada que perder, porque para ellos la vida no significa nada” dijo el galeno para referirse al asesinato cometido el viernes en la noche contra la estudiante.

Por su parte, el doctor Rivera consideró que el estado debe establecer un orden de prioridad para mantener la seguridad ciudadana y afirmó que estos servicios se han ido perdiendo, porque no “el personal de AMET se retira a las 6:00 de la tarde, no hay vigilancia después de la 6:00 de la tarde, no hay vigilancia los fines de semana y por ello nosotros creemos que hay que invertir  recursos y esfuerzos en la seguridad ciudadana”, repuso el médico.

EL CRIMEN

Los desconocidos que asesinaron a Vanessa Ramírez Faña habrían intentado secuestrarla, pero al oponer resistencia mediante forcejeo optaron por dispararle a quemarropa.

Un mensajero de servicio a domicilio (delivery) habría sido el único que vio a tres individuos que en la oscuridad forcejeaban con la jovencita de 18 años cuando intentaban obligarla a abordar una de las dos motocicletas utilizadas. Los criminales le desgarraron las vestiduras en el forcejeo.

Retratistas de la Policía trabajaban anoche en un retrato hablado de los individuos.

El día del crimen, Vanessa se había pasado el día estudiando y previo a su muerte se preparaba para participar en la celebración de una fiesta de quince años de una amiguita.

Un médico, padre de una compañera de Vanessa, quien prefirió el anonimato, describió a la víctima como la hija que todo padre quisiera tener: cariñosa, dulce y muy aplicada en sus tareas estudiantiles y poco dada a malgastar el tiempo. Dijo que una de sus hijas estudiaba con la víctima.

“Esto ha cambiado el ritmo de la sociedad Santiaguera, porque estamos hablando de un hecho de una familia sana y buena que tenía como propósito de vida el bien a los demás”, reveló el galeno. Vanesa estudiaba ingles y danza, además de los estudios de medicina, en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.

La teoría del robo de un celular como elemento que motivo el horrendo asesinato se ha desvanecido. Vanesa cayó abatida en la acera del frente a su casa, en la calle 10 esquina Prolongación del sector residencial Cerro Hermoso. Recibió tres balazos.

Era hija de los doctores Juan Ramírez, presidente del Consejo de Administración de Clínica Corominas y de la Fundación Corazones del Cibao, y la doctora Rosaida Faña. Era  la hija menor de la pareja de médicos, que procreó también a Francisco Alberto, Rosi Mabel y Carolyn. Dos de ellos cursan estudios universitarios y una está recién  graduada.

LA MARCHA

La marcha-caminata partió de la parte frontal del Edificio de Oficinas Públicas Don Antonio Guzmán, en la avenida Salvador Estrella Sadhalá y recorrió todo el trayecto de la avenida 27 de Febrero hasta la funeraria Blandino.

Darío Franco, uno de los vecinos de la familia Ramírez Faña pronunció breves palabras para reclamar justicia del asesinato de Vanessa.

“Hemos creado islas de bienestar ficticio, lo que hoy no enfrentamos, mañana nos encontrará de frente, los pequeños problemas de hoy, serán los grandes problemas del mañana”, expresó.

Dijo que los ciudadanos no deben seguir viendo con indiferencia los graves problemas sociales y de injusticias que existen en el país.

Los familiares, amigos y vecinos de Vanessa que participaron en la protesta pidieron al Presidente Leonel Fernández, al procurador general de la República y al secretario de las Fuerzas Armadas tomar las medidas para que disminuya la criminalidad y la delincuencia.