Santiago se cae a pedazos

Santiago se cae a pedazos

A lo mejor, alguien puede pensar que se trata de un título exagerado para llamar la atención. Pero no es así. Cuando se dice que algo se cae a pedazos es que tiene una situación precaria, pésima, mala, difícil, calamitosa. Es lo mismo cuando se afirma que Fulano se esta cayendo a pedazos, es que tiene una situación de dificultad, que esta pasando muchas calamidades. Es lo que pienso le esta ocurriendo ahora a Santiago de los Caballeros.

Caminar por muchas de las calles principales de esa ciudad es encontrarse con hoyos por donde quiera. Solamente cuando usted pasa por la Avenida Estrella Sadhalá, con destino a la rotonda que conecta la Circunvalación con la carretera que a va a Navarrete, encuentra usted mas de varias docenas de hoyos. Es como si fuera una fila de ladrillos con agujeros, en lugar de una de las principales avenidas de la Segunda ciudad de la República Dominicana.

Y si esto ocurre en una de las principales vías de la ciudad, que le dejan a las calles de los barrios populares y residenciales de Santiago. Muchas de sus calles se han convertido en caminos polvorientos, sucios y mugrientos.

Pareciera como si Obras Publicas y el Ayuntamiento no se ponen de acuerdo en determinar a quien le compete el arreglo de las calles de la ciudad.

Pero ahí no termina la cosa. Apenas comienza. El otro problema que afecta considerablemente a Santiago tiene que ver con la recogida de la basura. Por muchos lugares se ven amontonamiento de desperdicios, lo que genera plagas de moscas, mosquitos, cucarachas y ratones, que a su vez se convierten en focos de enfermedades como el dengue y la malaria.

Algunas de las companies que se encargan de ese servicio alegan que el Ayuntamiento de Santiago les adeuda sumas cuantiosas de recursos, en dólares. Probablemente, eso afecte el servicio de recogida de basura. Ojalá que eso se resuelva en lo inmediato.

Pero el rosario de dificultades sigue con los implacables y tendidos apagones que duran aproximadamente hasta 15 y 20 horas en muchos lugares de la ciudad.

Los empresarios han puesto su grito al cielo; no se puede mantener las empresas trabajando con largos apagones. Las plantas de emergencia, lo que la tienen, muchas veces no soportan las cantidades de horas ininterrumpidas de apagones. Los pequeños empresarios, por lo general no tienen plantas propias, y sufren incuantificables perdidas en su producción.

Si a la tanda de apagones se le añade el calor insoportable que ha habido en esta ciudad, que cuando mas se necesita del agua fría y del hielo, es cuando entonces se hace mas difícil, porque los apagones no permiten que se congele el hielo, que se encienda el aire acondicionado, y hasta los abanicos de los mas humildes hogares, entonces se esta ante la presencia simplemente de uno de esos pueblos de las novelas de García Márquez en donde las peores de las dificultades se han ensañado contra esta ciudad llena de gente trabajadora y honrada, sencilla y buena gente.

A lo anterior, hay que sumarle la dificultad que tienen algunos barrios para recibir el agua potable, ante la escasez y el racionamiento que hay en algunos lugares.

En fin, a Santiago hay que ayudarlo; su gente no merece que esa ciudad se caiga a pedazos. Esta ciudad merece una mejor suerte. Ojalá las autoridades del Gobierno Central y del propio Ayuntamiento se conduelan por las necesidades que esta pasado la mas importante ciudad del Cibao y la linea noroeste.

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