Santiago: visión desarrollista

Santiago: visión desarrollista

Santiago ha sentado cátedra como provincia organizada, cuyos sectores más dinámicos unifican  visión de porvenir en base a una evaluación objetiva de la realidad actual.

En esta oportunidad, basándose en  un  diagnóstico bastante minucioso, que pone de relieve el rezago relativo de la economía de la provincia en cuanto a participación en el mercado nacional, el Plan Estratégico de Santiago ha propuesto al Gobierno, ayuntamiento y empresariado un conjunto de 50 proyectos de inversión para desarrollar la provincia.

La iniciativa, cuya ejecución requiere  una inversión que supera los 60 mil millones de pesos en diez años, enfoca las áreas más sensibles de la economía de la provincia y proyecta que en el período de ejecución Santiago aportará al Estado 900 mil millones de pesos.

El propósito es desarrollar los sectores salud, creación de empleo, democracia y cultura, según consta en la propuesta.

Iniciativas de este tipo, fruto de la unificación de criterios de los sectores que impulsan la dinámica social, deberían ser multiplicadas en todo el país para desarrollar las provincias o comunidades más deprimidas.

Así como lo hace Santiago, en cada provincia del país debería emprenderse la evaluación de las necesidades y la correspondiente propuesta de desarrollo a corto, mediano y largo plazos.

 

Una ocurrencia a tomar en cuenta

Nos llama la atención algunos datos del año escolar 2009-2010. Por ejemplo, en ese período 17,298 estudiantes  concluyeron el bachillerato a edades por debajo del promedio, que es entre 17 y 18 años. De esos, 241 concluyeron a los los 14 años, 2,228 lo lograron a los 15 y 14,829 concluyeron a los 16.

Diversas razones permitieron este adelanto, entre ellas ingreso a la escuela antes de los cinco años, salto de cursos intermedios o buen aprovechamiento.

Valdría la pena determinar cuáles causas permitieron que estos 17,298 estudiantes concluyeran el bachillerato antes de la edad promedio, sobre todo los 241 que completaron el ciclo a los 14 años.

Muchos jóvenes concluyen una profesión con honores y nadie repara en el historial de rendimiento académico de esas personas. En el caso de referencia, podría tratarse de una tendencia que la autoridad educativa debería  tomar en cuenta.

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