Santiago y medioambiente

Santiago y medioambiente

UBI RIVAS
Los vecinos de Santiago de los Caballeros, el Primer Santiago de América, se dieron cita el primer domingo del presente mes de junio, día cinco, para reafirmar su decisión en relación a tres urgencias que entienden les cuestionan y se proponen superar.

En primer lugar los santiaguenses han pedido al gobierno del presidente Leonel Fernández declarar a su vía de agua, el río Yaque del Norte, en emergencia, para proceder a rescatarlo de la terrible polución que lo ha convertido de un torrente bravo y cristalino a la altura de la primera mitad de la última centuria, en una nauseabunda cloaca letal. En segundo término, los santiaguenses dejaron inaugurado ese memorable día un museo en la vetusta fortaleza San Luis, construida por los españoles en 1606.

Alusivo al ex-río Yaque del Norte, que fue como consigno hasta mediados de la última centuria el Nilo dominicano, la principal vía acuática de las Antillas todas, que inclusive fue navegable desde su desembocadura en los suburbios de Montecristi hasta Mao, provincia Valverde, es menester exigir la voluntad política del presidente Fernández para que disponga las providencias para su restauración plena.

Es inadmisible el alegato de que no se disponen recursos para ese propósito de alto interés nacional, porque bien sabido es por todos que los gobiernos disponen de recursos económicos para lo que desean y lo contrario para lo contrario y no hay alegatos que valgan para refutar ese aserto que es una verdad absoluta.

Así también se proponen los santiaguenses reforestar Diego de Ocampo, la más alta eminencia de la cordillera Septentrional.

Conforme ilustra HOY del cinco del presente mes en su primera página, muestra una joven tahonera en medio del Yaque dormilón, a la altura de Manabao, donde discurre cuasi virgen, exento de la menor contaminación que empieza a producirse a su paso por Jarabacoa, donde sus munícipes vierten toda suerte de porquerías, y a su paso por Santiago de los Caballeros el Yaque es agredido inmisericordemente con más de dos toneladas diarias de desechos, sin que valgan voces de protesta para detener ese riocidio.

El titular de Medioambiente, Max Puig ha sugerido la integración de una entidad tripartita conformada por el gobierno, ayuntamiento santiaguense y empresarios, conjuntamente con la SOECI, para unidos, pautar las providencias certeras que consigan restaurar el Yaque a su perdida lozanía y esplendor.

Es una tarea que debe concitarnos a todos, pero principalmente, es una acción donde se requieren recursos económicos por más de US$400 millones, conforme experticios vertidos de manera reitarada por muchos años.

Concerniente a la fortaleza San Luis, testigo de las furias de imberbes entonces en las figuras epónimas de los generales Gregorio Luperón y Ulises Heureaux, del sitio de los comeburros de 1912, del aciago 23 de febrero de 1930 y muchas firmas más, el presidente Fernández, altruista, civilista, cultor de la historia, revirtió el decreto 703-03 del entonces presidente Hipólito Mejía que concedia el usufructo del recinto militar a unos avivatos para construir un parqueo, por el decreto 1557, que concedía al cuatro veces centenario fuerte el estatus de museo. Es lo que señalé en mi artículo del 15-09-04 en HOY.

Es lo que obtuvo el presidente Joaquín Balaguer con la fortaleza Ozama de la capital, convirtiéndolo en un centro de arte.

Los santiaguenses tenemos de por sí tres retos que enfrentar, concretizar y superar, para que todos puedan seguir afirmando como acuñó para la posteridad Fidencio Garris:

«SANTIAGO ES SANTIAGO»…

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