Santiago. Después de haber sido inaugurado por el presidente Danilo Medina, el pasado 20 de febrero, el Parque Central se ha constituido en el esperado sueño de los residentes de esta ciudad, el lugar de esparcimiento familiar, un ambiente sano y con medidas de seguridad.
Para el doctor Guillermo Ángeles el parque ha sido de trascendencia real. El profesional de la medicina acudió ayer al Parque Central con su familia y ahora aprovecha las atracciones y la multiplicidad que le brinda este lugar.
Con las áreas de juegos infantiles, como los columpios y el patinaje, los niños y adolescentes disfrutan a plenitud del ambiente, mientras los adultos se ejercitan a pies y en bicicletas, o prefieren relajarse con el aire y la sombra de los árboles.
Un campo de fútbol, una zona para jugar béisbol también son de los atractivos del Parque Central.
“Verdaderamente que este parque ha sido una maravilla, una bendición para venir en familia y disfrutar del ambiente, porque uno se siente seguro aquí, ya que no hay temor de ser víctima de un atraco”, afirmó Jairo Sosa. Sosa mostraba su rostro de felicidad por el lugar, mientras montaba bicicleta y sus hijos disfrutaban en el áreas de juegos y su esposa preparaba de comer en el área de picnic.
“La verdad es que nos sentimos muy bien aquí. Esto es un lugar que los santiagueros necesitábamos para recrearnos sanamente en familia”, dijo de su lado, su esposa Socorro Mora.
La puesta en valor. Cuando se inauguró la obra, el empresario Fernando Capellán, presidente de la Asociación Para el Desarrollo de Santiago y del Patronato del Parque Central, dijo que el parque mejorará el valor de las propiedades a su alrededor y promueve la cultura, el deporte, las artes y los eventos.
Los santiagueros que acuden en masa al Parque Central afirman que esta obra ha sido de gran valor. “No teníamos un lugar donde acudir en familia, porque de los parques tradicionales se han adueñado la delincuencia”, expresó Tania Sarita.
Parque emblemático. El Parque Central tiene un área de 344,521 metros cuadrados y está calificado como símbolo emblemático de la ciudad de Santiago, así como lo son el Monumento a los Héroes de la Restauración y la calle Del Sol o el Teatro del Cibao.
Está ubicado en los terrenos donde funcionaba el aeropuerto Cibao entre las avenidas Bartolomé Colón y Padre las Casas.