Santificar el trabajo

Santificar el trabajo

POR LEONOR MARIA ASILIS E.
Una vez  un sabio quiso entender qué empujaba a sus semejantes a trabajar toda la vida. Visitó una cantera de piedra y vio un hombre que le daba al pico y pala, y le preguntó: -¿qué estás haciendo?

-Despedazo las piedra para el condenado de mi patrón. Curro todo el día para conseguir un trozo de pan… ­ y siguió maldiciendo su poca suerte, mientras continuaba picando piedra.

A un segundo obrero le preguntó el sabio lo mismo, a lo que el contestó:

-Estoy trabajando para pagarme la casa y quitar el hambre a los míos…dentro de poco saldaré ya mis deudas.. y siguió trabajando éste ya con ganas.

Aún entrevistó a un tercero: -¿qué haces? El hombre alzó la cabeza interrumpiendo su esfuerzo, y el sabio reconoció un rostro radiante de fuerza y alegría: -¿No lo ves, amigo? ­y con un gesto apuntaba a un edificio lejano, aún en los comienzos-: ¡Estoy construyendo una catedral!

Este bello relato nos anima en este día a mirar el trabajo como un precioso don a través del cual nos dignificamos en el servicio.

Es interesante como se evidencia la diferencia que produce un mismo hecho traducido en tres actitudes. Aun hoy, vemos repetir de alguna forma lo narrado. Hay quienes viven lamentándose, quejándose y maldiciendo en sus trabajos a quienes le contratan. Otros, que no ven más allá el fruto de sus quehaceres y lo hacen de forma mecánica sin verle el verdadero sentido al mismo. Por último, está el grupo de aquellos que disfrutan cada día de su trabajo, se enorgullecen del mismo porque logran ver la trascendencia de su servicio. Lo optimizan, le dan calidad total, satisfacción plena a los clientes aún sin esforzarse mucho porque lo hacen con amor, al igual que el Divino

Carpintero Jesús de Nazareth quien durante la mayor parte de su vida trabajó en un pequeño taller, con humildad pero con gallardía de saber que cumplir con su deber primero, de enseñarnos a santificarnos en el trabajo sin aspavientos ni rimbombancias pero con la dignidad que da el ganarse el pan con el sudor de su frente y dar el servicio que se solicita con amor.

Que desde hoy, valoremos más el don del trabajo y seamos creadores de un mundo mejor donde reine la solidaridad y el servicio.

Leonor.asilis@codetel.net.do

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