La capital de República Dominicana, Santo Domingo, se encuentra en la posición 167 en la Clasificación de Ciudades sobre Costo de Vida Internacional 2024. Pierde siete posiciones con respecto al año anterior en el ranking general, de 226 ciudades evaluadas para ayudar a los empleadores multinacionales a planificar estrategias de compensación para sus asignados internacionales.
Este movimiento hace a Santo Domingo mucho más atractiva para las organizaciones que consideran realizar asignaciones de trabajadores en asignación internacional, el cambio se está dando principalmente porque ciudades de Europa Oriental y África han elevado su costo de vida en el último año y en el caso de Latinoamérica el reposicionamiento de Río de Janeiro y Lima.
Este ranking es elaborado por Mercer, líder global en redefinir el mundo del trabajo, remodelar los resultados de jubilación e inversión, y promover la salud y el bienestar real, y una empresa de Marsh McLennan (NYSE: MMC), con el objetivo de ayudar a los empleadores multinacionales a planificar estrategias de compensación para sus asignados internacionales.
“Santo Domingo se está posicionando como uno de los destinos más atractivos para trabajadores en condición de expatriación en el Caribe, dado su ubicación estratégica y su economía que permanece estable frente al dólar, lo que hace que el costo de vida para esta población sea favorable”, explicó Zulma Santamaría Sánchez, Líder Rewards para Región Andina, Centroamérica y el Caribe en Mercer.
El estudio evalúa los costos comparativos de más de 200 artículos en cada ubicación, desde vivienda y transporte hasta alimentos, ropa, artículos para el hogar y entretenimiento.
Hong Kong mantuvo el primer lugar en la clasificación de este año en el ranking elaborado por Mercer, seguido de Singapur. Dado que Zurich, Ginebra y Basilea completan las cinco ciudades más caras, el alto costo de vida de Suiza puede correlacionarse con su calidad de vida superior.
En Sudamérica, la capital de Uruguay, Montevideo, ocupa el lugar más caro para los empleados internacionales (42), mientras que varias ciudades de la región experimentaron cambios significativos en comparación con 2023: Santiago de Chile, cayó 73 lugares hasta el puesto 160 en la clasificación, mientras que Bogotá, Colombia, subió 40 lugares hasta el puesto 174.
De las ciudades de Norte América (sin considerar las ciudades de Estados Unidos y Canadá), Nassau sigue siendo la ciudad más cara de la región, seguida de Ciudad de México. El costo de vida en las ciudades mexicanas aumentó significativamente respecto al año anterior. La Ciudad de México ocupó el puesto 33, desde el 79 en 2023, y Monterrey ocupó el puesto 115, desde el 155 del año pasado.
São Paulo ha ascendido 28 posiciones en el ranking y continúa siendo la ciudad más costosa de Brasil, que cuenta con un total de ciudades enlistadas: Río de Janeiro (puesto 150), Brasilia (puesto 179), Manaos (puesto 182) y Belo Horizonte (puesto 185). Lima, en Perú, prácticamente se ha mantenido en el mismo puesto, subiendo solo una posición para ubicarse en el 166. Por otro lado, Santo Domingo ha experimentado una disminución en su posición en el ranking, situándose en el lugar 167.
Mercer explica en el informe que el aumento de los costos de vivienda en muchas ciudades de todo el mundo ha dificultado la movilidad para los empleadores. La inflación también está erosionando el poder adquisitivo y poniendo una presión adicional en los paquetes de compensación. Estos factores pueden dificultar que los empleadores atraigan y retengan talento de primer nivel, y pueden aumentar los gastos de compensación y beneficios, limitar la movilidad del talento y aumentar los costos operativos.
«La crisis del costo de vida ha tenido un impacto significativo en las organizaciones multinacionales y sus empleados», dijo Yvonne Traber, Líder de Movilidad Global de Mercer, a la vez, que dijo que es importante que las organizaciones se mantengan informadas sobre las tendencias del costo de vida y las tasas de inflación y busquen la opinión de los empleados sobre estos problemas para gestionar eficazmente su impacto.
Agregó que para los altos costos de vida pueden requerir que los asignados ajusten su estilo de vida, reduzcan los gastos discrecionales e incluso luchen por satisfacer sus necesidades básicas.
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