Santo Domingo frente a los retos de hoy     

Santo Domingo frente a los retos de hoy     

Las investigaciones urbanas o sobre el proceso de urbanización hoy son prácticamente inexistentes. Lo afirma el Dr. César Cuello, director de FLACSO, las ciencias sociales en el país, están en crisis y en particular los análisis sobre urbanismo: por falta de teóricos, de investigaciones y por falta de “compradores”. ¿A quién puede interesar esos análisis, si los planes estratégicos validan todas las decisiones, de actores transformados en empresarios.

La ciudad con estos planes y bajo el impulso de las políticas neoliberales y de la globalización se ha convertido en una empresa. ¿Qué produce esa empresa?: servicios, facilidades, oportunidades para que sus “clientes”  transformados en  consumidores, puedan comprar. En esa transformación de la ciudad de Santo Domingo, se presentan sus nuevos retos: el principal es la nueva base económica de Santo Domingo que ya no es puerto comercial, sino que debe adaptarse para el turismo e insertarse en el mercado regional, en particular a la ruta de los cruceros.

Competitividad implica  “privatizaciones” como lo hace el grupo “Sans Soucí Inv.” Comprando un pequeño territorio llamado Punta Torrecilla,  donde se cristalizaron  inversiones millonarias asumidas por la Nación desde 1930 como el rompe-olas  para transformarlo  en un “Miami chiquito” con playa privada. Esa competitividad implicó conectar nuevos espacios regionales a partir de un sistema vial renovado –metro subterráneo, elevados, túneles y trompetas- que oferta así una base económica ampliada  a partir de los flujos comerciales, de información y de personas. Esas enormes inversiones, concentradas, casi todas, en el Distrito Nacional, como en todos los otros modelos económicos implementados desde 1966, lejos de mejorar la calidad de vida de los habitantes y favorecer la integración social,  “fabricó”  espacios económicos desiguales –valorización/desvalorización- en el país y en Santo Domingo, acentuando la distanciación social  y casi exclusión absoluta de ciertos espacios urbanos para una población confinada en barrios,  en franco proceso de deterioro. La privatización creciente de ciertas edificaciones y de territorios –incluyendo las playas-  ha puesto en peligro la gobernabilidad democrática, una  de  las consecuencias de la degradación de las relaciones sociales entre los dominican@s. Muchos son los años ya, en que advertimos sobre ese proceso, en 1986, hablamos de “Habanización de Santo Domingo” para referirnos al mismo proceso de los años 40´s en La Habana, Cuba.

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