Santo Domingo Norte es uno de los municipios más poblados de todo el país y por la inmensa cantidad de terrenos disponibles, se convierte también en área natural para la expansión urbanística del Gran Santo Domingo; de ahí  que muchos inversionistas del sector de la construcción de viviendas lo hayan seleccionado como el lugar ideal para sus proyectos inmobiliarios.

Con acceso inmediato al Distrito Nacional a través de la avenida Hermanas Mirabal, sea por transporte convencional o por la primera línea del Metro. Así mismo se conecta con la ciudad capital a través la avenida Jacobo Majluta por el lado oeste y con el municipio Santo Domingo Este por el lado oriental ya convertida dicha vía en avenida Charles De Gaulle.

Santo Domingo Norte es un municipio con una gran riqueza natural. Sus ríos, su vegetación, el parque Nacional Mirador Norte, sus áreas agrícolas y ganaderas, hacen de esta localidad un punto de equilibrio biológico que compensa lo invasivo de la modernidad.

Ante el edénico escenario que planteo del municipio Santo Domingo Norte, debo afirmar, con lástima para sus munícipes, que los principales enemigos de ese pujante lugar y de sus habitantes, son nada más y nada menos que los regidores y regidoras que integran la sala capitular de esa alcaldía.

Los irresponsables regidores del municipio Santo Domingo Norte han ratificado una resolución que permitiría la construcción de un colegio en espacios reservados exclusivamente para viviendas.  Esta resolución no solo es cuestionada por la forma oscura en que la anterior administración edilicia la aprobó, sino porque también es ilegal pues viola los preceptos urbanísticos sobre los cuales fue diseñada y construida la Ciudad Modelo Santo Domingo en la avenida Jacobo Majluta.

Cuando autoridades como los regidores de Santo Domingo Norte se colocan de espaldas a sus munícipes para complacer a sectores empresariales, no hay que buscar muchas explicaciones, el pueblo sabe por qué lo hacen, a menos que rectifiquen.